La recesión y la pérdida del poder adquisitivo golpean duramente el consumo en Argentina
El consumo cayó un 7,7% en mayo, con los sectores de Recreación y Cultura (-42,6%) e Indumentaria y Calzado (-27%) como los más afectados. El mes de mayo registró el mayor valor negativo desde febrero de 2021.
El consumo en Argentina continúa en picada debido a la recesión económica y la pérdida del poder adquisitivo de los hogares. Según un informe de la Cámara de Comercio y Servicios (CAC), en mayo se registró una caída del 7,7% en el consumo, el mayor descenso desde febrero de 2021.
El indicador de Consumo (IC), elaborado por la CAC, muestra un deterioro profundo en el consumo de bienes y servicios finales por parte de los hogares argentinos. En los primeros cinco meses del año, el consumo acumuló una caída interanual del 4,3%, reflejando una tendencia negativa que se ha intensificado en 2024. El informe destaca que en mayo se alcanzó el mayor valor negativo desde febrero de 2021.
Este desplome en el consumo se produce en un contexto económico donde la inflación, aunque en desaceleración, sigue siendo alta. En mayo, la inflación mensual fue del 4,2%, mientras que la interanual alcanzó un alarmante 276,4%, con una acumulada anual del 71,9%. La postergación de los aumentos tarifarios de gas y electricidad, que se esperaba impactaran en mayo, podría reactivar la inflación en junio, afectando aún más el poder de compra de las familias.
Los sectores más golpeados en mayo fueron Recreación y Cultura, con una caída del 42,6%, e Indumentaria y Calzado, que registró un descenso del 27%. Estos rubros sufrieron una reducción significativa en el consumo debido al menor ingreso real de los hogares y al aumento de la deuda en tarjetas de crédito. En contraste, el capítulo de vivienda, alquileres y servicios públicos experimentó un incremento del 6,3%, impulsado por una mayor demanda de electricidad debido a temperaturas inusualmente bajas.
El informe también advierte sobre el limitado impacto de las ayudas económicas, como los aumentos en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la tarjeta alimentar, así como los bonos a jubilados, que no han sido suficientes para recuperar el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables. La recesión también ha reducido la posibilidad de incrementos salariales nominales que podrían haber ayudado a reactivar la demanda.
La economía argentina enfrenta un escenario complejo en 2024, con un consumo en franco deterioro y una actividad económica que no muestra signos de recuperación. La recesión y la inflación continúan erosionando el poder adquisitivo de los hogares, obligándolos a reducir gastos en sectores no esenciales y priorizar necesidades básicas, mientras se espera con incertidumbre el impacto de futuros ajustes tarifarios.