Jubilados: el poder adquisitivo en caída
A pesar de los ajustes, los jubilados siguen perdiendo terreno frente a la inflación
En los primeros cinco meses del año, las jubilaciones subieron un 79,9%, mientras que la inflación alcanzó el 71,9%. Aunque en julio se aplicará un alza del 4,2%, el ingreso más bajo del sistema, incluyendo un bono de $70.000, se ubicará en aproximadamente $285.600. Sin embargo, los datos muestran que el poder adquisitivo de los jubilados sigue disminuyendo.
Un año difícil para los jubilados
En el último año, el poder adquisitivo de los jubilados que no reciben bonos cayó un 14%, según cifras oficiales. Por otro lado, aquellos que perciben la jubilación mínima más el bono mensual de $70.000 vieron una caída del 6% en su poder adquisitivo en los últimos seis meses. Este grupo representa casi la mitad de los jubilados y pensionados, de acuerdo con datos de la Subsecretaría de Seguridad Social.
Las prestaciones pagadas por la ANSES han acumulado una pérdida de poder adquisitivo desde 2017, una tendencia que se ha intensificado en los primeros meses de este año. A pesar de los reajustes primero por la fórmula de movilidad y luego por la inflación, la situación no ha mejorado significativamente.
Caídas significativas en el poder de compra
En 2023, el poder de compra cayó un 14,2% para aquellos que cobran la jubilación mínima más bono. Para los que nunca recibieron refuerzos, la caída fue del 32,3%, mientras que para aquellos que percibieron un adicional durante un año y dejaron de recibirlo en septiembre del año pasado, la caída fue del 37,4%.
Aunque en los primeros cinco meses del año la suba de haberes fue del 79,9% y la inflación del 71,9%, esto no ha sido suficiente para contrarrestar las pérdidas acumuladas. En julio, el ingreso más bajo del sistema, incluyendo el bono de $70.000, se ubicará en aproximadamente $285.600.
Estadísticas alarmantes
Según la Subsecretaría de Seguridad Social, 2,68 millones de personas, el 45% de los beneficiarios del sistema, cobran un ingreso mensual equivalente a la jubilación mínima más el bono de $70.000. Si se considera solo lo ocurrido en los primeros cuatro meses de 2024, la recomposición de los haberes llegó en abril al 62%, frente a una inflación del 65%. Esto significa que los haberes de abril fueron un 1,8% más bajos, en términos reales, que los de diciembre de 2023.
Para quienes tienen la mínima y el plus de $70.000, el ingreso perdió un 9% de su valor real respecto a diciembre: el incremento del monto total percibido entre enero y abril fue del 50%.
Análisis del contexto actual
El contexto económico actual está marcado por una inflación persistente que erosiona el poder adquisitivo de los jubilados, a pesar de los ajustes en las jubilaciones y bonos. Las medidas tomadas hasta ahora no han sido suficientes para revertir la pérdida de valor real de las prestaciones, dejando a muchos adultos mayores en una situación de vulnerabilidad económica.
La fórmula de movilidad, que antes ajustaba las jubilaciones, ha sido reemplazada por ajustes mensuales basados en la inflación, pero estos ajustes no han logrado mantener el poder adquisitivo al mismo nivel que la inflación. La inflación ha superado consistentemente los ajustes realizados, lo que ha resultado en una disminución del poder de compra de los jubilados.
Perspectivas futuras
Mirando hacia el futuro, es crucial que se implementen medidas más efectivas para proteger el poder adquisitivo de los jubilados. Esto podría incluir ajustes más frecuentes y significativos que reflejen mejor la inflación real y el costo de vida, así como políticas que aborden las causas subyacentes de la inflación.
El Gobierno deberá considerar un enfoque integral que no solo ajuste los haberes de manera más efectiva, sino que también estabilice la economía para reducir la inflación. De lo contrario, los jubilados seguirán viendo cómo su poder adquisitivo se erosiona, afectando su calidad de vida.
La situación de los jubilados en Argentina es preocupante. A pesar de los aumentos en las jubilaciones y los bonos adicionales, la inflación sigue erosionando el poder adquisitivo de los adultos mayores. Es imperativo que se adopten medidas más robustas y efectivas para garantizar que los jubilados puedan mantener una calidad de vida digna. Sin un cambio en las políticas actuales, los jubilados seguirán enfrentando desafíos económicos significativos en los próximos meses y años.