Arqueólogos confirman relato bíblico: El Asedio de Jerusalén por el Rey Sennacherib
Un reciente hallazgo arqueológico arroja luz sobre uno de los episodios más intrigantes de la Biblia, confirmando el asedio de Jerusalén por el rey asirio Sennacherib en el siglo VIII a.C.
En un descubrimiento que promete reavivar el debate histórico y teológico, arqueólogos han encontrado evidencias materiales que respaldan el relato bíblico del asedio de Jerusalén por el rey Sennacherib. Este hallazgo proporciona una conexión tangible con un evento que, hasta ahora, había sido conocido principalmente a través de textos antiguos.
Contexto histórico del asedio
Durante el siglo VIII a.C., el Imperio Asirio dominaba una vasta región que se extendía desde el Golfo Pérsico hasta el Mar Mediterráneo. En este contexto de expansión y dominación, el asedio de Jerusalén y Laquis por el rey Sennacherib se destaca como un episodio crucial. Según el relato bíblico, este asedio terminó de manera milagrosa cuando «salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil» soldados. Después de este evento, el libro de II Reyes menciona que «Sennacherib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó».
Sin embargo, las crónicas asirias ofrecen una versión diferente, sugiriendo que el ejército se retiró tras recibir un considerable tributo del rey de Judá. Este contraste entre las fuentes ha sido un punto de disputa entre historiadores y teólogos por siglos.
El descubrimiento arqueológico
El académico independiente Stephen Compton, especializado en arqueología del Medio Oriente, ha realizado un hallazgo significativo que podría confirmar la narrativa bíblica. Compton ha descubierto una estructura ovalada al norte de Laquis, conocida localmente como Khirbet al Mudawwara. Este sitio, que sugiere un establecimiento militar, coincide con la descripción de un campamento asirio.
Compton también ha analizado fotografías aéreas del siglo XIX, identificando ruinas de muros en un sitio llamado Jebel el Mudawwara. Aunque los arqueólogos de esa época creían que se trataba de un campamento romano, Compton argumenta que las características ovaladas de las ruinas son más compatibles con un campamento asirio, ya que los romanos preferían construcciones rectangulares.
Reacciones de la comunidad científica
El descubrimiento ha provocado diversas reacciones en la comunidad arqueológica. Algunos académicos, impresionados por las evidencias presentadas, consideran plausible la teoría de Compton. Entre ellos, varios especialistas en arqueología bíblica destacan la importancia de este hallazgo para comprender mejor la interacción entre las crónicas asirias y los textos bíblicos.
No obstante, hay voces críticas. David Ussishkin, un renombrado arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv, sostiene que el campamento asirio de Laquis estaba al sudeste del pueblo, no al norte, como sugiere Compton. Ussishkin y otros escépticos argumentan que las evidencias deben ser analizadas con mayor rigor antes de aceptar conclusiones definitivas.
Implicaciones del hallazgo
Este hallazgo tiene el potencial de proporcionar un nuevo marco de referencia para la interpretación de los eventos históricos mencionados en la Biblia. La confirmación de un campamento asirio en las cercanías de Laquis no solo refuerza la veracidad del relato bíblico, sino que también ofrece una visión más detallada de las tácticas militares y la logística del Imperio Asirio durante su apogeo.
Además, el descubrimiento resalta la importancia de la arqueología en la reconstrucción de la historia antigua. Las técnicas modernas de análisis de imágenes y excavación han permitido a los arqueólogos descubrir detalles que antes eran inaccesibles, abriendo nuevas posibilidades para entender el pasado.
El hallazgo del campamento asirio en Khirbet al Mudawwara por Stephen Compton representa un avance significativo en la arqueología bíblica. Aunque el debate continúa, este descubrimiento proporciona una base material que podría reconciliar las diferencias entre las crónicas bíblicas y asirias sobre el asedio de Jerusalén.
La confirmación de relatos bíblicos a través de descubrimientos arqueológicos no solo profundiza nuestro entendimiento de la historia antigua, sino que también revitaliza el interés en los textos sagrados como fuentes de información histórica. A medida que las investigaciones continúan, es probable que sigamos desenterrando verdades ocultas que nos acerquen más a comprender los eventos que moldearon nuestro mundo.