Alerta generacional: 4 de cada 10 jóvenes no pueden pagar sus deudas
La morosidad en el segmento de 18 a 21 años trepó al 41%, un récord que supera las crisis de 2008 y 2019. El fenómeno, impulsado por créditos para gastos corrientes y el uso de fintech, marca el inicio de la vida financiera de miles de argentinos con deudas impagas.
El sistema financiero argentino enfrenta una señal de alarma inédita en sus registros históricos. Según los últimos datos del Banco Central (BCRA) procesados por Provincia Microcréditos, la morosidad de los hogares alcanzó el 7,8% en octubre de 2025, el nivel más alto en dos décadas. Sin embargo, la cifra más dramática se concentra en la base de la pirámide generacional: los jóvenes de entre 18 y 21 años registran una irregularidad del 41%, lo que significa que casi la mitad de los nuevos deudores ya ha caído en el incumplimiento.
Este deterioro del crédito familiar se produce tras un año de expansión financiera que terminó chocando contra la realidad macroeconómica. La suba de las tasas de interés, el fin de las Letras de Liquidez Fiscal (LEFIs) y la caída del ingreso real transformaron lo que era una herramienta de consumo en una trampa de deuda. Para los más jóvenes, el ingreso al sistema financiero se está produciendo «desde la mora» y no desde el empleo formal.
El boom de las fintech y el multiendeudamiento
La explosión del crédito entre los jóvenes fue masiva: en apenas un año, la cantidad de personas de entre 18 y 21 años con préstamos pasó de 287 mil a 620 mil, un incremento del 116%. Gran parte de esta expansión fue traccionada por el sector fintech, que hoy concentra una morosidad cercana al 18%, duplicando el promedio del sistema bancario tradicional.
El informe destaca que solo dos entidades concentran el 70% del crédito otorgado a este segmento. La facilidad de acceso mediante aplicaciones móviles ha permitido una inclusión financiera casi universal, pero sin el respaldo de ingresos estables. Además, crece el fenómeno del multiendeudamiento: el 30% de los jóvenes ya se financia con más de una entidad simultáneamente, a menudo tomando un crédito para cancelar otro o cubrir el pago mínimo de la tarjeta.
Créditos de supervivencia: el auxilio al hogar
Un dato que desmitifica el uso del crédito juvenil es el monto de las operaciones. La mitad de los préstamos tomados por jóvenes ronda los 145 mil pesos, una cifra que representa menos de la mitad de un salario mínimo. Solo el 13% supera el millón de pesos. Esto indica que no se trata de inversiones productivas o proyectos de largo plazo, sino de microcréditos para sostener gastos corrientes.
La hipótesis que manejan los técnicos del Banco Provincia es preocupante: ante el agotamiento del margen de endeudamiento de los adultos, los jóvenes están tomando créditos para ayudar a cubrir los servicios o las compras de alimentos del hogar. Se trata de una estrategia de supervivencia financiera que traslada la carga de la deuda de una generación a otra, hipotecando el historial crediticio de quienes recién comienzan su vida adulta.
Perspectiva de género y brecha social
El informe también revela una paridad en el acceso al crédito (51,4% mujeres y 48,6% varones), pero una disparidad en el cumplimiento: la mora femenina es dos puntos porcentuales superior a la masculina. Esto refleja la mayor precarización laboral que suelen enfrentar las mujeres jóvenes en el mercado informal.
A diferencia de la crisis de 2001, donde la mora general llegó al 25% pero el acceso al crédito era muy limitado, el escenario de 2025 muestra un sistema que sigue inyectando financiamiento en un contexto de ingresos insuficientes. Según los expertos, restringir el crédito ahora profundizaría la recesión, pero mantenerlo bajo estas condiciones está creando una «generación deudora» antes de que consigan su primer empleo formal.
