Guía para una cena segura: consejos expertos para prevenir riesgos alimentarios en las fiestas
Expertos en seguridad alimentaria difundieron pautas críticas para la manipulación de alimentos, subrayando la importancia de la cadena de frío y la higiene para evitar intoxicaciones durante las celebraciones de fin de año.
Las festividades de fin de año representan un desafío para la salud pública debido a las altas temperaturas y la complejidad de los menús familiares. Ante este escenario, especialistas en bromatología emitieron una serie de advertencias urgentes con pautas de prevención. El objetivo es minimizar la incidencia de Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA), que suelen incrementarse en diciembre por errores comunes en la cocción, el transporte y la conservación de platos tradicionales como carnes rellenas, ensaladas con mayonesa y postres con crema.
El ABC de la inocuidad en la cocina
La seguridad comienza en el momento de la compra y termina en el plato. Basándose en las cinco claves de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los expertos destacan que el lavado de manos con agua segura y jabón es la medida más económica y efectiva. Este hábito debe repetirse obligatoriamente antes y durante la elaboración de las comidas, especialmente al manipular diferentes tipos de ingredientes.
Un punto crítico señalado por los especialistas es que un alimento no necesita oler mal o tener un aspecto extraño para ser peligroso. Muchas bacterias patógenas no alteran las características organolépticas (sabor, olor, color) de la comida, por lo que la confianza basada únicamente en los sentidos puede ser engañosa. La prevención, por tanto, debe ser técnica y sistemática, especialmente con productos que requieren refrigeración inmediata tras su adquisición en el comercio.
Claves para organizar el banquete sin peligro
Para garantizar una mesa libre de riesgos, se recomienda una planificación rigurosa del espacio en la heladera. Uno de los errores más frecuentes es saturar el refrigerador, lo que impide la correcta circulación del aire frío y eleva la temperatura interna, poniendo en riesgo la conservación de todo el contenido. Asimismo, se aconseja calcular la cantidad de comida en relación con el número de invitados para evitar sobras excesivas que queden expuestas al ambiente.
En cuanto a la preparación, la regla de las dos horas es fundamental: ninguna preparación que contenga cremas, salsas o mayonesas debe permanecer fuera del frío más allá de ese tiempo. Si la cena se realiza al aire libre en noches calurosas, este plazo se reduce drásticamente. Además, se desalientan prácticas arraigadas pero peligrosas, como descongelar carnes a temperatura ambiente o utilizar el horno apagado como alacena temporal para platos ya cocinados.
Logística y transporte en días de calor
El traslado de alimentos hacia los puntos de encuentro es otro eslabón débil en la seguridad alimentaria. Se sugiere el uso de conservadoras para mantener la cadena de frío, idealmente destinando una exclusiva para el hielo de las bebidas, evitando así que este se contamine al contacto con recipientes de comida. En la cocina, se debe mantener una estricta separación entre alimentos crudos y cocidos para evitar la contaminación cruzada, utilizando tablas y utensilios diferentes para cada grupo.
En conclusión, disfrutar de las fiestas sin contratiempos de salud depende de pequeñas pero vitales acciones preventivas. La rigurosidad en la cocción completa de carnes y huevos, sumada a una compra responsable en establecimientos habilitados —evitando ofertas de origen desconocido en redes sociales—, garantiza que el festejo sea recordado por el encuentro familiar y no por una urgencia médica.
