Caso Loan: el desgarrador testimonio de su familia a 18 meses de su desaparición
María Noguera y José Peña rompieron el silencio. Entre el dolor y la parálisis cotidiana, denuncian que al niño "se lo llevaron" y exigen que los detenidos rompan el pacto de silencio.
El 13 de junio de 2024, la vida en la localidad correntina de 9 de Julio se detuvo para siempre. Tras un almuerzo familiar en la casa de su abuela, Loan Danilo Peña, de apenas cinco años, desapareció sin dejar rastro. Hoy, a un año y medio de aquel día, sus padres y hermanos conviven con una ausencia que no solo duele, sino que ha transformado radicalmente su existencia. En una entrevista exclusiva, la familia describe un presente marcado por la incertidumbre, la falta de apoyo y la firme convicción de que el niño fue víctima de una red que «le tendió una trampa».
Un hogar marcado por el silencio y la parálisis
Para María Noguera, la madre de Loan, el tiempo no ha curado nada; por el contrario, ha profundizado el agotamiento. «No saber nada es lo que más duele», confiesa con una angustia que se traduce en noches de insomnio y días donde la rutina parece imposible de retomar. La vida familiar, antes activa con trabajos y escuela, hoy está detenida.
El impacto económico y social ha sido devastador para los Peña:
-
Parálisis laboral: José (padre) ya no puede trabajar de manera continua; reparte sus días entre el cuidado de su madre en el campo y la espera en su casa.
-
Aislamiento social: María denuncia una soledad inesperada: «Nadie aparece acá a tomar unos mates, estoy sola haciendo esa fuerza».
-
Impacto psicológico: Los hermanos de Loan manifiestan dificultades para concentrarse en sus empleos, invadidos por el pensamiento constante en el paradero del menor.
«Se lo llevaron»: la hipótesis de la trampa familiar
La familia es unánime en su conclusión: Loan no se perdió. La búsqueda exhaustiva en la zona, que incluyó miles de rastrillajes sin resultados, refuerza la idea de que el niño fue retirado del lugar por terceros. José, el padre, insiste en que ese día cayó en una «trampa» al encontrarse en el almuerzo con personas desconocidas como el exmarino Carlos Pérez y la exfuncionaria Victoria Caillava.
La sospecha sobre el entorno cercano es la herida más profunda. José señala directamente a su hermana, Laudelina Peña, hoy detenida, y se pregunta por qué ella regresó sola del monte aquel día. «Hay personas que saben la verdad y no hablan», sentencia José (hijo), quien describe la carga pesadísima que significa llevar adelante la causa judicial mientras intentan sostenerse emocionalmente.
La ciencia y la esperanza contra el paso del tiempo
Uno de los mayores temores de María es el cambio físico de Loan. A los seis años (edad que tendría hoy), los rasgos infantiles se modifican rápidamente. La familia se apoya en fotos y en el parecido con sus hermanos mayores para mantener viva la posibilidad de reconocimiento. «Solamente la carita se va a reconocer, y el remolino en el pelo», explica María, quien pide a la sociedad que, ante cualquier duda, le pregunten al niño su nombre, confiando en su viveza para identificarse.
La búsqueda de una certeza
A 18 meses de la desaparición, la familia Peña no pide milagros, pide certezas. «Queremos una respuesta para poder estar tranquilos, para saber qué pasó o para tenerlo de vuelta», resume María. La esperanza de encontrarlo con vida sigue siendo el motor que les permite levantarse cada mañana, a pesar de un sistema que parece haberlos dejado solos. La causa, ahora en manos de la Justicia Federal, es el último refugio de una familia que ha jurado no bajar los brazos hasta que se rompa el silencio que rodea a Loan.
