Criar un hijo cuesta cada vez más: la canasta infantil rompe otro récord
El costo de crianza en Argentina alcanzó niveles históricos en noviembre, con el grupo de 6 a 12 años superando los $571.000 mensuales, según el último informe oficial del Indec.
La presión económica sobre las familias argentinas sumó un nuevo capítulo de preocupación tras conocerse los datos oficiales sobre el costo de vida infantil. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló que la canasta de crianza registró un nuevo incremento récord durante el mes de noviembre, impulsado tanto por el encarecimiento de bienes básicos como por la valorización del tiempo dedicado al cuidado de niños y adolescentes.
El informe destaca que criar a un hijo en la franja de 6 a 12 años demanda hoy una inversión mensual de $571.106. Este indicador no solo mide el gasto en alimentación o vestimenta, sino que visibiliza la carga económica total que enfrentan los hogares, funcionando además como una referencia judicial clave para la determinación de cuotas alimentarias en procesos de separación.
Radiografía de los costos por rango etario
El relevamiento del Indec discrimina los valores según las necesidades específicas de cada etapa del desarrollo. No todos los niños consumen lo mismo ni requieren la misma carga horaria de atención, lo que genera una brecha significativa entre los diferentes grupos:
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Menores de 1 año: El costo total ascendió a $450.355. Aquí, el peso del cuidado es determinante, representando casi el 70% del valor total.
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Niños de 1 a 3 años: Se posiciona como uno de los tramos más caros con $535.823, debido a la combinación de consumos activos y una alta demanda de tiempo de supervisión.
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Niños de 4 a 5 años: El valor se ubicó en $454.165.
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Niños de 6 a 12 años: Es el grupo con mayor costo nominal, alcanzando los $571.106 mensuales.
Esta progresión muestra cómo, a medida que los niños crecen, los gastos en bienes y servicios —especialmente educación, salud y actividades extracurriculares— ganan terreno sobre el costo directo del cuidado físico.
Los dos pilares de la canasta de crianza
Para comprender por qué las cifras resultan tan elevadas, es fundamental analizar la metodología del Indec. La canasta de crianza se compone de dos dimensiones esenciales:
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Bienes y servicios: Incluye alimentación, vestimenta, transporte, educación, salud y vivienda. Para el cálculo, el organismo utiliza como base la Canasta Básica Total (CBT) del Gran Buenos Aires. Por ejemplo, en el caso de los bebés menores de un año, este rubro representa $142.416.
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Costo del cuidado: Este es el componente más innovador y socialmente relevante. Valora económicamente el tiempo destinado a la atención de los menores. Para asignarle un precio, el Indec toma como referencia la remuneración horaria de la categoría «Asistencia y cuidado de personas» del régimen de personal de casas particulares. Para un niño de entre 1 y 3 años, este valor asciende a $351.930.
Un indicador con impacto social y legal
La publicación mensual de este dato ha dejado de ser una mera estadística macroeconómica para convertirse en una herramienta de gestión cotidiana. La canasta de crianza permite que la justicia civil tenga un parámetro objetivo al momento de establecer pensiones de alimentos, evitando que la inflación licue los acuerdos previos y garantizando que se cubra no solo el plato de comida, sino también el tiempo de crianza, que mayoritariamente recae sobre las mujeres.
Asimismo, el indicador refleja la dificultad de los hogares de ingresos medios y bajos para sostener los niveles de consumo básicos frente a la actualización constante de servicios y alimentos. Con una canasta que ya supera los 570 mil pesos para el grupo de mayor edad, el desafío de la planificación familiar se vuelve cada vez más complejo en un contexto de salarios que luchan por no quedar rezagados.
El reto de la sostenibilidad familiar
El nuevo récord de la canasta infantil es un síntoma de la persistente inestabilidad económica que atraviesa el país. Mientras los bienes y servicios básicos continúan su senda alcista, el reconocimiento económico de las tareas de cuidado pone sobre la mesa una discusión necesaria sobre la distribución de la riqueza y el apoyo estatal a las familias. En este escenario, la canasta de crianza no es solo un número: es el reflejo del esfuerzo financiero que implica hoy apostar por el futuro en Argentina.
