Bancos advierten sobre riesgos de «corralito digital» por sueldos en billeteras

La puja entre bancos y fintech escala por la reforma laboral: entidades tradicionales alertan sobre inestabilidad financiera, mientras el sector tecnológico defiende la libertad de elección y la transparencia.

La tensión entre el sistema financiero tradicional y el ecosistema de las plataformas tecnológicas alcanzó un punto crítico en Argentina. Las principales cámaras bancarias del país, ABAPPRA y ABA, han manifestado una preocupación tajante ante la posibilidad de que se habilite de forma generalizada el pago de salarios en cuentas de billeteras virtuales, una medida contemplada en el proyecto de modernización laboral. Según los referentes del sector, esta migración de fondos no solo pone en riesgo la trazabilidad y seguridad del salario, sino que podría configurar el escenario para lo que denominaron el «primer corralito digital del mundo», debido a las diferencias regulatorias y de liquidez entre ambos modelos.

El conflicto por el artículo 35 y la seguridad del ahorro

El eje de la disputa se centra en la modificación del Artículo 35 del proyecto de Ley de Modernización Laboral. Esta reforma permitiría que los empleadores acrediten los haberes mensuales directamente en Proveedores de Servicios de Pago (PSP), conocidos popularmente como billeteras virtuales. Hasta hoy, la Ley de Contrato de Trabajo estipula que el salario debe depositarse en cuentas bancarias, las cuales gozan de beneficios de gratuidad y una red de protección específica.

Marcelo Mazzón, titular de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA), lidera la ofensiva argumental advirtiendo que esta medida es un «cisne negro» para la economía nacional. La principal distinción técnica radica en el respaldo: los depósitos bancarios están protegidos por el Seguro de Depósito (SEDESA) y deben cumplir con las estrictas normativas internacionales de Basilea. En contraste, los fondos en billeteras virtuales, si bien están regulados por el Banco Central, no cuentan con el mismo esquema de garantías ante una eventual crisis de liquidez de la plataforma.

El fantasma del corralito y el impacto en el crédito

La advertencia sobre un «corralito digital» se fundamenta en la mecánica operativa de las fintech. Actualmente, las billeteras virtuales suelen derivar los saldos de sus usuarios a Fondos Comunes de Inversión (FCI) para generar rendimientos diarios. Estos fondos tienen un encaje del 100%, lo que significa que el dinero debe estar disponible pero no puede ser utilizado por el sistema para generar crédito.

Desde la perspectiva de los bancos, si el flujo masivo de salarios se desplaza hacia las billeteras, el sistema financiero perdería una parte sustancial de sus depósitos transaccionales. Esto impactaría directamente en la capacidad de las entidades para financiar la inversión, la producción y el consumo minorista. «Si los usuarios deciden retirar dinero de manera masiva desde estas plataformas, se podría generar un cuello de botella en el sistema de pagos que hoy no está dimensionado para esa volatilidad», señalaron fuentes del sector.

Además, existe una preocupación logística. Los bancos argumentan que el mantenimiento de la red de cajeros automáticos y el transporte de caudales en el interior del país dependen de la masa de depósitos físicos y salariales. Sin ese flujo, la presencia de efectivo en zonas remotas podría verse seriamente comprometida.

La defensa de las fintech: libertad y competencia

Del otro lado de la mesa, la Cámara Argentina Fintech ha respondido con dureza, calificando la postura de los bancos como un intento de proteger un «negocio cautivo» que lleva más de tres décadas sin cambios significativos. Para el sector tecnológico, la posibilidad de cobrar en una billetera virtual representa un acto de soberanía financiera para el trabajador, quien debería poder elegir dónde gestionar su dinero desde el primer día.

La entidad asegura que el 100% del dinero de los usuarios permanece en cuentas bancarias a la vista, separadas del patrimonio de la empresa, lo que garantiza que los fondos siempre estén disponibles. «Nunca hubo casos de PSP regulados que no devolvieran fondos a sus usuarios», afirmaron a través de un comunicado, subrayando que las más de 40 millones de cuentas digitales hoy ofrecen herramientas de inclusión financiera que la banca tradicional no logró cubrir con la misma agilidad.

Un debate técnico con trasfondo político

El conflicto pone de manifiesto una transición dolorosa hacia la digitalización total de la economía. Mientras los bancos exigen «igualdad de condiciones» (same activity, same regulation), las fintech reclaman el fin de privilegios históricos. El riesgo de un descalce financiero o un «corralito» parece, por ahora, un escenario de máxima presión dialéctica, pero subraya una realidad innegable: el marco legal argentino está intentando alcanzar a una tecnología que ya cambió los hábitos de consumo de millones de ciudadanos. La decisión final quedará en manos del Congreso, donde se deberá equilibrar la seguridad del ahorro con la modernización de los sistemas de pago.