Radiografía de la desigualdad: el 80% de los argentinos percibe ingresos inferiores a un millón de pesos

A pesar de una leve mejora estadística en el coeficiente de Gini, la pirámide social muestra un achatamiento hacia la baja. La brecha entre el empleo formal e informal se profundiza.

El modelo económico de la administración de Javier Milei arroja resultados ambivalentes en las estadísticas oficiales, pero contundentes en la realidad social. Según los últimos datos del INDEC correspondientes al tercer trimestre de 2025, la estructura de ingresos en Argentina revela una crisis de sostenibilidad para la clase trabajadora y los sectores medios: el 80% de la población sobrevive con un ingreso per cápita familiar que no supera el millón de pesos.

Una igualdad basada en la pauperización

Un dato llamativo del informe es el comportamiento del coeficiente de Gini, que mide la desigualdad (donde 0 es igualdad total y 1 es desigualdad máxima). El indicador se situó en 0,431, una leve mejora frente al 0,435 del mismo periodo de 2024. Sin embargo, analistas del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) advierten que esta «mejora» es aparente.

La reducción de la brecha no se explica por una mejora en los sectores vulnerables, sino por un achatamiento generalizado de la pirámide social. El programa económico parece estar igualando las condiciones de vida, pero hacia niveles de pauperización. Hoy, los ingresos del decil más rico multiplican por 13 a los del 10% más pobre, una distancia que sigue siendo abismal pese al leve ajuste estadístico.

La brecha insalvable entre formalidad e informalidad

La distribución de ingresos por deciles deja al descubierto la fragilidad del consumo interno. El 40% de la población percibe ingresos promedio que apenas alcanzan los $332.944, una cifra que sitúa a millones de personas por debajo de la línea de indigencia o pobreza extrema.

El factor determinante de esta brecha es la calidad del empleo. El INDEC detalla una diferencia salarial dramática:

  • Ocupados formales: Ingreso medio de $1.247.462.

  • Ocupados informales: Ingreso medio de $535.802.

Esta disparidad alimenta el fenómeno de los «trabajadores pobres», personas con empleo pleno cuyos salarios no alcanzan para cubrir la canasta básica. La reforma laboral impulsada por el Ejecutivo, lejos de atacar este núcleo, es señalada por especialistas como una herramienta que podría profundizar la precariedad al no ofrecer incentivos reales para la formalización ni mayores derechos.

Un esquema productivo con poco empleo

El trasfondo de estos números se encuentra en el perfil de crecimiento que busca el Gobierno. Según el IPyPP, la actividad económica se apoya en sectores de «bajo efecto multiplicador» sobre el empleo asalariado, como la intermediación financiera y la minería.

Mientras estos rubros crecen, los motores tradicionales de empleo en relación de dependencia, como la industria y la construcción, continúan en retroceso. El resultado es un mercado de trabajo que expulsa a los operarios hacia el cuentapropismo informal, consolidando un modelo donde el ingreso promedio de la población apenas roza los $993.771, cifra que el 80% de los argentinos mira desde abajo.