El costo de vida en el AMBA: los servicios básicos ya demandan más de $180.000 mensuales

Un informe del IIEP revela que un hogar promedio destina el 11,1% de sus ingresos al pago de tarifas y transporte. El rubro movilidad es el que mayor peso tiene en el presupuesto familiar.

La canasta de servicios públicos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ha alcanzado un nuevo piso histórico, presionando de manera directa el poder adquisitivo de los sectores medios y bajos. Según el último informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA-CONICET), un hogar promedio sin asistencia estatal plena debe desembolsar $183.410 mensuales para cubrir energía eléctrica, gas natural, agua potable y transporte. Esta cifra representa un incremento del 5,7% respecto al mes anterior, consolidando una tendencia alcista que no encuentra techo.

La radiografía del gasto: el transporte al frente

El análisis detallado del gasto mensual muestra una distribución desigual, donde la movilidad urbana se ha convertido en el principal «impuesto» al trabajo. De los más de $183.000 totales, el transporte concentra $83.196, representando casi el 45% del desembolso total en servicios. Este rubro no solo lidera en volumen, sino también en aceleración: registró una suba interanual del 48%, muy por encima del resto de las tarifas.

Detrás del transporte, el consumo de energía eléctrica para usuarios de altos ingresos demanda unos $44.808, seguido por el agua potable ($32.435) y el gas natural ($22.970). Estos valores corresponden a hogares categorizados como N1 (ingresos altos) o aquellos que han perdido los subsidios por superar los topes de consumo o ingresos vigentes en la actual segmentación tarifaria.

Comparativa y variaciones: un 2025 bajo presión

Al observar el comportamiento de las tarifas en relación con diciembre de 2024, la variación acumulada alcanza el 31%. Los incrementos por sector muestran la siguiente evolución:

  • Transporte: +48%

  • Gas natural: +28%

  • Energía eléctrica: +19%

  • Agua potable: +13%

Estas subas exponen una política de sinceramiento tarifario que, si bien busca reducir el déficit fiscal, impacta de lleno en la estructura de costos de los hogares. A pesar de los fuertes aumentos, el informe destaca que el Estado todavía cubre, en promedio, el 47% del costo real de los servicios, lo que sugiere que la presión al alza podría continuar si se profundiza la quita de asistencia pública.

El impacto en el bolsillo: el peso sobre el salario

Uno de los datos más reveladores del informe del IIEP es la incidencia de estos gastos sobre los ingresos formales. Con un salario promedio registrado estimado en $1.669.987 para diciembre de 2025, la canasta de servicios básicos ya representa el 11,1% del ingreso neto de un trabajador.

Dentro de este porcentaje, el transporte es nuevamente el protagonista, explicando el 43% de ese impacto salarial. Para las familias que dependen exclusivamente del transporte público para sus tareas diarias, el costo de movilidad se ha vuelto un factor determinante en la planificación económica mensual, superando incluso a la carga de las facturas domiciliarias de luz y gas.

Un escenario de incertidumbre tarifaria

El informe concluye que, aunque la cobertura pública aún es significativa, el ritmo de los incrementos mensuales mantiene en vilo a los usuarios. La combinación de inflación persistente y la necesidad de ajustar precios relativos coloca a los servicios básicos en el centro de la disputa por la distribución del ingreso. En un contexto donde los salarios luchan por no quedar rezagados, la «cuenta de luz y colectivo» se ha transformado en el principal termómetro de la crisis económica en la región metropolitana.