La industria metalúrgica en su piso histórico: cayó 4,2% y la capacidad ociosa supera el 44%

El sector atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente, con retrocesos en todas las provincias productivas y una pérdida del 3,3% del empleo interanual.

La industria metalúrgica argentina cerró noviembre con una contracción del 4,2% respecto al mismo mes de 2023, consolidando un año de caída sostenida que no encuentra punto de inflexión. Según el último informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), el sector opera actualmente con una utilización de la capacidad instalada de apenas el 44,4%, un registro que se ubica entre los más bajos de la serie histórica y evidencia la magnitud de la parálisis productiva.

Un sector que trabaja a media máquina

La cifra de capacidad ociosa es quizás el indicador más alarmante del reporte. Que más de la mitad de la maquinaria instalada en las fábricas del país esté inactiva refleja una infrautilización de recursos que compromete la rentabilidad de las empresas. Comparado con noviembre del año anterior, la utilización de las plantas se redujo 6,1 puntos porcentuales.

Esta recesión ha tenido un correlato directo en el mercado laboral. El empleo en el sector registró una baja del 3,3% interanual, con una caída adicional del 0,4% respecto a octubre. La pérdida de puestos de trabajo es la respuesta de un entramado industrial que enfrenta simultáneamente la caída del consumo interno y una estructura de costos que se vuelve insostenible frente a niveles de producción tan bajos.

Consumo, Construcción y Automotriz: los más golpeados

El análisis por rubros muestra que el deterioro es generalizado, afectando a los tres pilares que suelen traccionar la actividad metalúrgica:

  1. Consumo Final: Registró la mayor caída con un 8,3%, reflejando el fuerte impacto de la pérdida de poder adquisitivo en la demanda de bienes durables.

  2. Construcción: Descendió un 6,3%, arrastrado por la paralización de la obra pública y la desaceleración de los proyectos privados.

  3. Automotriz: Retrocedió un 5,8%, en sintonía con la menor producción de vehículos y la debilidad del mercado interno.

Geografía del retroceso: caída federal

La crisis no distingue regiones. Todas las provincias con fuerte peso metalúrgico mostraron números negativos en noviembre, evidenciando un proceso recesivo de alcance nacional:

  • Buenos Aires y Córdoba: Ambos distritos, motores industriales del país, encabezaron las caídas con una contracción del 5,6% interanual.

  • Santa Fe y Entre Ríos: Mostraron bajas del 1,5%, marcando un retorno al terreno negativo incluso en zonas que habían mostrado leves signos de resiliencia meses atrás.

  • Mendoza: Registró un descenso del 1,8%, continuando por debajo de los niveles de actividad del año anterior.

La advertencia de la industria: apertura e importaciones

El presidente de ADIMRA, Elio Del Re, advirtió sobre la fragilidad del escenario actual, señalando que la falta de indicios de mejora se agrava por el ascenso de las importaciones. En un contexto de apertura comercial sin mecanismos de compensación o protección, la industria nacional pierde terreno frente a productos extranjeros, justo cuando el mercado interno se encuentra más deprimido.

«El balance de noviembre confirma la persistencia de un escenario recesivo y frágil», destacó Del Re, subrayando que la combinación de baja demanda y competencia externa pone en riesgo la supervivencia de un sector estratégico que constituye un eslabón fundamental de la cadena de valor argentina.

Un panorama sin señales de alivio

Los datos de noviembre cierran un año para el olvido en la metalurgia nacional. Con indicadores que tocan pisos históricos y un empleo que se desmorona mes a mes, el sector enfrenta el desafío de sostener su estructura productiva en un modelo que prioriza la apertura por sobre el incentivo industrial. Sin una recuperación del consumo o políticas que equilibren la balanza frente a los productos importados, la industria metalúrgica se encamina a iniciar 2026 en una situación de extrema vulnerabilidad.