Preocupación sanitaria: Solo el 55% de los jóvenes apoya la vacunación obligatoria
El apoyo a la vacunación obligatoria cae significativamente entre la juventud, con solo el 55,2% de los argentinos de 16 a 30 años a favor. El 90% de la población se desmarca de ser "antivacunas".
El debate de la intervención estatal sanitaria se polariza
En un contexto de rebrote de enfermedades erradicadas o controladas, como el sarampión y la tos convulsa, los datos de una reciente encuesta de la consultora Zuban Córdoba encendieron una luz de alerta en el ámbito sanitario. Si bien el consenso general en Argentina sobre la importancia de la vacunación es «amplísimo» —con un 84,2% a favor de la práctica—, el apoyo a la vacunación obligatoria revela una preocupante fractura generacional.
La encuesta destaca que solo el 78% de los argentinos apoya la obligatoriedad de las vacunas, y esta cifra cae drásticamente entre los más jóvenes. Este núcleo de rechazo, aunque minoritario, es señalado por la consultora como «influyente en la conversación digital y política» y encuentra su mayor expresión en el electorado libertario y en los grupos etarios más bajos. La polarización se intensifica justo cuando las autoridades monitorean a 98 contactos estrechos tras la detección de un caso importado de sarampión que recorrió siete provincias.
La brecha de 20 puntos que preocupa a los epidemiólogos
El dato más alarmante del sondeo se concentra en los jóvenes de 16 a 30 años. Mientras que el apoyo general a la vacunación obligatoria en el país es del 78%, este porcentaje desciende a apenas el 55,2% en la franja etaria más joven.
Esta diferencia de más de 20 puntos porcentuales respecto a los grupos de mayor edad evidencia un cambio de percepción:
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Jóvenes (16 a 30 años): 55,2% a favor. Un 28,8% (casi un 30%) se manifiesta en contra.
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Adultos Jóvenes (31 a 45 años): 79,4% a favor.
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Adultos (46 a 60 años): 81,9% a favor (la cifra más alta).
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Tercera Edad (más de 60 años): 80,3% a favor.
Mientras que hombres y mujeres muestran un apoyo similar a la obligatoriedad (77,2% y 78,8% respectivamente), la edad y la afinidad política se revelan como los principales factores de división. La baja adhesión juvenil sugiere que, si bien no se consideran formalmente «antivacunas» (solo el 6,9% de los encuestados se identifica así), sí existe una fuerte resistencia a la intervención estatal en decisiones sanitarias personales.
El sesgo político: los votantes libertarios y la obligatoriedad
El análisis de la consultora también demostró la conexión entre la ideología política y la postura sanitaria. Los argentinos que votaron a La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones de 2025 se encuentran entre los grupos que menos aprueban la obligatoriedad de la vacunación.
Solo un 67,4% de los votantes de LLA está a favor de que las vacunas sean obligatorias, con un 25,6% en contra. Esto contrasta fuertemente con los votantes de otras fuerzas mayoritarias, donde el apoyo supera el 86%, llegando al 94,1% en el caso de Fuerza Patria.
Este patrón refuerza la idea de que el rechazo a la vacunación obligatoria no es primariamente un escepticismo médico, sino una expresión de la desconfianza hacia la autoridad estatal y sus regulaciones, un mensaje central de las plataformas políticas de corte liberal.
¿Por qué no se vacunan? Razones detrás de la resistencia
A pesar del amplio consenso declarado, un 28,9% del total de encuestados admitió no haberse aplicado todas las vacunas del calendario nacional. Las causas principales detrás de esta falta de cumplimiento son:
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Creen que «no» hacen «bien a la salud»: 25,6%
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No las creen necesarias: 25,2%
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El médico no se las indicó: 22,2%
Estos motivos evidencian la persistencia de mitos y la desinformación en torno a la seguridad y eficacia de las vacunas, lo que obliga a las autoridades sanitarias a reforzar las campañas de concientización basadas en evidencia científica. Además, la persistencia de la creencia de que «los niños reciben demasiadas vacunas» (respaldada por un 15,3% de los encuestados) muestra la necesidad de una comunicación clara sobre el Calendario Nacional y su propósito.
Conclusión: un desafío para la salud pública
El bajo apoyo a la vacunación obligatoria en la población joven y en ciertos grupos políticos representa un desafío crítico para la salud pública argentina. El sistema de inmunización, que históricamente ha sido la columna vertebral para el control de enfermedades graves, depende de altas tasas de cobertura.
Si la resistencia a la obligatoriedad se traduce en una caída en la aplicación efectiva de las dosis, el país se expone al riesgo de resurgimiento de patologías ya controladas, como lo demuestran los recientes casos de sarampión. El desafío para el Estado no es solo combatir los argumentos «antivacunas» (un grupo minoritario), sino convencer a la mayoría escéptica sobre la necesidad de la intervención sanitaria colectiva, particularmente entre los más jóvenes y aquellos que desconfían de la regulación estatal.
