Desmantelamiento cultural: el gobierno anunció la concesión de Tecnopolis a privados por 25 años
El Gobierno cede la gestión de Tecnópolis a privados por 25 años a cambio de un canon de $611 millones, desmantelando un proyecto insignia de divulgación científica y de acceso popular.
25 años de privatización: un golpe a la ciencia gratuita
El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, confirmó el avance más radical del Gobierno sobre un ícono de la cultura y la ciencia nacional: la licitación para la concesión de Tecnópolis a privados por 300 meses (25 años). La medida, presentada bajo el argumento de eliminar el «déficit» y asegurar que el predio «nunca más será una carga para los bolsillos de los argentinos», es vista por amplios sectores como un acto de desmantelamiento ideológico.
Tecnópolis, el mega-espacio de ciencia y arte en Villa Martelli, fue concebido como un proyecto de acceso libre y gratuito, una herramienta de política pública para la inclusión y la divulgación tecnológica. Su transferencia a manos privadas por un cuarto de siglo mercantiliza esa función social esencial, poniendo la rentabilidad por encima del derecho a la educación y la cultura.
El precio de la soberanía: $611 millones al mes
El Tribunal de Tasaciones de la Nación (TTN) fijó un canon mensual inicial de $611 millones para la concesión. Este monto, aunque significativo, es señalado por los críticos como irrisorio si se compara con el valor estratégico y el potencial de desarrollo del predio.
Al priorizar la reducción de costos operativos sobre la inversión en el capital humano y la ciencia, el Gobierno canjea un activo educativo y soberano por un ingreso mensual que no compensa la pérdida.
La pregunta central es quién podrá acceder a Tecnópolis una vez que sea gestionado por un privado obligado a generar ganancias. La tendencia natural será transformar un espacio de conocimiento en un centro de eventos lucrativos, donde el acceso gratuito será la excepción, y no la regla, erosionando su espíritu fundacional.
La antesala del remate: recortes de personal y desinversión
La decisión de la concesión de Tecnópolis a privados estuvo precedida por un proceso de desfinanciamiento y achicamiento. Desde diciembre de 2023, la dotación de personal fue reducida en más del 30% (de 333 a 198 empleados).
Esta reducción, presentada como «saneamiento», tuvo un efecto nocivo: descapitalizar la expertise humana, afectando el mantenimiento y la calidad de las exhibiciones. Para los críticos, este modus operandi es una estrategia ya conocida: se recorta el presupuesto, se deteriora la calidad del servicio, se lo declara «deficitario» e «ineficiente» y, finalmente, se lo entrega al capital privado como única solución.
¿Un futuro de ferias y eventos?
Con la gestión en manos privadas, el futuro de Tecnópolis como vidriera de la ciencia y tecnología argentina corre serio peligro. Un concesionario con el objetivo de maximizar sus ingresos y cumplir con el canon tendrá pocos incentivos para mantener exhibiciones complejas y costosas de divulgación gratuita.
El riesgo es que el predio se convierta, principalmente, en un polo para grandes eventos comerciales, conciertos y ferias corporativas. Esto implicaría desplazar la misión de exhibir los avances del CONICET, las universidades públicas y la industria nacional, reduciendo la exposición de millones de jóvenes a los desarrollos científicos locales.
La medida del Gobierno no solo busca el fin del déficit, sino el fin de un modelo de acceso universal al conocimiento, redefiniendo qué es un «activo» para el Estado: dejando de ser un vehículo para el desarrollo social para convertirse en una simple propiedad a explotar.
