Producción automotriz: caída del 30% en noviembre enciende alarmas

Las terminales fabricaron 37.961 unidades, afectadas por menos días hábiles y paradas técnicas. El sector pide alivio fiscal mientras el acumulado anual muestra un estancamiento técnico.

La producción automotriz en Argentina sufrió un freno abrupto durante el penúltimo mes de 2025, registrando un descenso que preocupa a la cadena de valor industrial. Según el último informe de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), las terminales locales fabricaron 37.961 unidades en noviembre, lo que representa una caída del 29,7% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este retroceso marca un cambio de tendencia para un sector que había mostrado resiliencia en la primera mitad del año, pero que ahora enfrenta el desafío de cerrar el ciclo con números en rojo.

El informe detalla que, además de la caída interanual, la contracción respecto a octubre fue del 19,6%. Si bien factores estacionales jugaron un rol determinante, la magnitud de la baja expone las dificultades coyunturales que atraviesa la industria manufacturera nacional.

Factores detrás del freno productivo

Para comprender el desempeño de la producción automotriz en noviembre, es necesario analizar las variables operativas. El mes contó con apenas 18 días hábiles de actividad, cuatro jornadas menos que en octubre, lo que impactó directamente en el volumen final de salida de fábrica. Sin embargo, la reducción del calendario no explica la totalidad del fenómeno.

Rodrigo Pérez Graziano, presidente de ADEFA, ofreció una lectura técnica sobre esta situación. Según el directivo, la merma no responde únicamente a los días laborables, sino también a decisiones estratégicas dentro de las plantas. «Las modificaciones en los planes industriales en algunas plantas y el reordenamiento del mercado influyeron en el desempeño mensual de la producción», explicó. Estas «modificaciones» suelen referirse a paradas técnicas para mantenimiento o adecuación de líneas de montaje para nuevos modelos, aunque en un contexto de caída de ventas mayoristas mensuales, también pueden leerse como un ajuste de stock ante una demanda fluctuante.

A pesar del tropiezo de noviembre, el acumulado de los primeros once meses de 2025 muestra una estabilidad técnica. Entre enero y noviembre se fabricaron 464.408 vehículos, una cifra que se ubica un 0,9% por debajo de las 468.553 unidades del mismo período de 2024. El sector lucha por empatar los números del año pasado, un objetivo que dependerá exclusivamente del rendimiento de diciembre.

Desempeño dispar: exportaciones y mercado interno

El informe de ADEFA revela una dinámica compleja entre la producción, las ventas al exterior y la comercialización mayorista. Mientras la producción automotriz se contrae, el comportamiento de las exportaciones muestra signos mixtos que requieren atención.

En noviembre, las terminales exportaron 31.248 unidades. Este volumen representa una mejora del 5,5% respecto a octubre, un dato positivo que sugiere una leve reactivación de la demanda externa inmediata. No obstante, al comparar con noviembre del año anterior, los envíos cayeron un 3,1%. El panorama es más sombrío al observar el acumulado anual: en los once meses transcurridos, se exportaron 260.681 vehículos, lo que implica una baja del 9,5% frente a 2024. Pérez Graziano subrayó que el frente externo «sigue siendo un desafío estratégico», una declaración que pone el foco en la competitividad de los vehículos argentinos en mercados clave como Brasil.

La paradoja de las ventas mayoristas

Uno de los datos más llamativos del reporte es la brecha entre la producción nacional y las ventas a concesionarios. En noviembre, el sector comercializó a la red 35.249 vehículos, un 21,3% menos que en octubre y un 12,1% por debajo del año pasado.

Sin embargo, el acumulado anual de ventas mayoristas narra una historia diferente: en lo que va de 2025, se entregaron a la red 535.270 unidades, un crecimiento explosivo del 47,9% respecto a 2024. ¿Cómo se explica un aumento de casi el 50% en ventas mayoristas con una producción nacional estancada (-0,9%)? La respuesta reside en la apertura de importaciones y la normalización del stock de unidades extranjeras, que han ganado terreno en los salones de venta, supliendo la oferta que la industria local no ha expandido.

El reclamo por la presión fiscal

Ante este escenario de producción automotriz fluctuante y pérdida de competitividad exportadora, la conducción de ADEFA ha vuelto a poner sobre la mesa un reclamo histórico: la carga impositiva.

La industria automotriz argentina es una de las más gravadas del mundo, exportando no solo vehículos, sino también impuestos. Pérez Graziano fue contundente al solicitar una revisión del esquema tributario en los tres niveles del Estado. El directivo pidió avanzar en la reducción de la carga fiscal «tanto a nivel nacional como provincial y municipal», argumentando que este camino es vital para sostener la actividad.

«Aun así, el sector sostuvo niveles de actividad que, en el acumulado del año, muestran cierta estabilidad en producción», matizó el presidente de la entidad, intentando llevar calma a los mercados. No obstante, la advertencia es clara: sin una mejora en las condiciones fiscales «en la medida que lo permitan», el riesgo de que el estancamiento se transforme en recesión industrial es latente.

El cierre de 2025 será determinante. Con un diciembre que estacionalmente suele ser bajo en actividad, las terminales deberán recalibrar sus estrategias para un 2026 que exigirá mayor eficiencia y, probablemente, una nueva discusión con el gobierno sobre la competitividad del sector.