«Como agua para chocolate»: el clásico del cine mexicano que abandona Netflix
Tenés tiempo hasta el 16 de diciembre para ver esta joya que mezcla cocina, tradiciones y un amor prohibido inolvidable en la plataforma.
El catálogo de Netflix es un organismo vivo que se renueva constantemente, y lamentablemente, esto implica despedidas dolorosas para los amantes del buen cine. En esta ocasión, la plataforma de streaming ha anunciado la inminente salida de una de las joyas más representativas del cine latinoamericano: «Como agua para chocolate». Esta producción, célebre por su mezcla de tradiciones rígidas y una narrativa sensorial única, dejará de estar disponible el próximo 16 de diciembre, marcando el fin de una era para los suscriptores que disfrutaban de este relato de realismo mágico.
Estrenada originalmente a principios de los 90 y basada en la aclamada novela de Laura Esquivel, la película se convirtió en un fenómeno cultural que trascendió fronteras. Ahora, ante su inminente retirada del servicio, se presenta la oportunidad perfecta —o quizás la última— para revivir o descubrir por qué la historia de Tita y Pedro sigue emocionando tres décadas después.
Un romance cocinado a fuego lento
La trama de «Como agua para chocolate» nos transporta al México de principios del siglo XX, en plena Revolución. Sin embargo, la verdadera batalla se libra dentro de las paredes de la hacienda familiar. La protagonista, Tita (interpretada magistralmente por Lumi Cavazos), es víctima de una tradición familiar cruel y anacrónica: por ser la hija menor, está condenada a no casarse nunca para cuidar a su madre, Mamá Elena, hasta el día de su muerte.
El conflicto estalla cuando Tita se enamora profundamente de Pedro (Marco Leonardi). Ante la prohibición de casarse con ella, Pedro toma una decisión desesperada y controversial: acepta casarse con Rosaura, la hermana mayor de Tita, solo para poder vivir bajo el mismo techo y estar cerca de su verdadero amor. Esta premisa desata una tensión doméstica y romántica insostenible, donde las miradas furtivas y los silencios dicen más que mil palabras.
Gastronomía, deseo y realismo mágico
Lo que eleva a «Como agua para chocolate» por encima de una comedia romántica convencional es su uso magistral del realismo mágico. Tita, relegada a la cocina, encuentra en los fogones su única vía de escape y expresión. La película plantea una conexión mística entre las emociones de la cocinera y los comensales: sus lágrimas, su deseo y su dolor se transfieren literalmente a la comida.
Las recetas no son meros acompañamientos; son catalizadores narrativos. Desde las codornices en pétalos de rosas —que provocan una reacción intensa en quien las prueba— hasta un pastel de bodas preparado entre llantos que causa una intoxicación masiva de nostalgia, la cocina se convierte en un lenguaje de resistencia. Es esta dimensión sensorial la que ha mantenido a la cinta vigente, mostrando cómo la represión puede transformarse en una fuerza creativa y destructiva a la vez.
Un elenco que hizo historia
La dirección de Alfonso Arau logró reunir a un grupo de actores que encarnaron a la perfección la complejidad de los personajes de Esquivel. El duelo interpretativo entre la sumisión rebelde de Tita y la tiranía de Mamá Elena (Regina Torné) sostiene la tensión dramática del filme.
El reparto principal se completa con figuras que dieron vida a este universo tan particular:
-
Lumi Cavazos como Tita.
-
Marco Leonardi como Pedro.
-
Regina Torné como la imponente Mamá Elena.
-
Claudia Ramírez en el papel de Rosaura.
-
Yareli Arizmendi como la liberada Gertrudis.
-
Mario Iván Martínez como el Dr. John Brown.
-
Ada Carrasco y Margarita Isabel como Nacha y Chencha, respectivamente, pilares del servicio doméstico y confidentes.
Última llamada para el streaming
La retirada de este título de Netflix es un recordatorio de la volatilidad del contenido digital. «Como agua para chocolate» no es solo una película sobre un amor imposible; es un tratado sobre la emancipación femenina, la identidad culinaria y el peso de las herencias familiares.
Quienes busquen una experiencia cinematográfica que apele a los sentidos, que combine el drama desgarrador con toques de humor y una atmósfera visualmente embriagadora, tienen una cita obligada antes del 16 de diciembre. Es el momento ideal para dejarse llevar por una historia donde el amor, al igual que la buena cocina, requiere tiempo, paciencia y los ingredientes exactos para ser inolvidable.
