Automotriz para la producción por un mes por la caída de ventas

La automotriz adelantó vacaciones hasta el 5 de enero ante el desplome del 30% en patentamientos de noviembre. Buscan reducir stocks y preparar la estrategia comercial para 2026.

La industria automotriz argentina ha encendido las luces de alerta en el tramo final del año. En una decisión que refleja el enfriamiento abrupto del mercado, Stellantis frena producción en su planta bonaerense de El Palomar, donde se fabrican los vehículos de las marcas Peugeot y Citroën. La medida, que implica adelantar el receso vacacional desde hoy hasta el próximo 5 de enero, responde a una combinación letal de factores: caída de la demanda, tasas de interés en alza y una acumulación de stock que obliga a detener las máquinas para reordenar la logística comercial.

El sector, que venía mostrando signos de recuperación a lo largo de 2025, ha sufrido un revés significativo en noviembre. Según datos del mercado, los patentamientos de 0km experimentaron un desplome superior al 30% en comparación con octubre, y una baja interanual del 3,6% respecto al mismo mes de 2024. Este escenario ha forzado a las terminales a recalcular sus proyecciones y ajustar sus niveles de actividad fabril de manera drástica.

Un parate técnico con trasfondo comercial

La suspensión de actividades en El Palomar no es un receso estival estándar. La extensión de la medida —más de un mes de inactividad— supera los plazos habituales de las vacaciones de verano en la industria. El contraste es evidente cuando se observa la otra planta del grupo Stellantis en el país: la unidad de Ferreyra, Córdoba, encargada de producir los modelos de Fiat y Ram, recién comenzará a licenciar a su personal el 15 de diciembre.

Aunque la compañía no ha emitido un comunicado oficial detallando las razones financieras, fuentes cercanas a la operación en Tres de Febrero indican que, oficialmente, se aprovechará el tiempo para realizar «acciones de mantenimiento». A los proveedores de la cadena de valor, por su parte, se les ha informado sobre dificultades en el suministro de ciertos componentes y motores, una problemática que ya había paralizado la planta durante dos semanas en noviembre.

Sin embargo, el consenso entre analistas y concesionarios apunta a una causa raíz más profunda: la imperiosa necesidad de reducir los stocks. Con los patios de las fábricas y los salones de venta llenos de unidades sin dueño asignado, seguir produciendo al ritmo actual solo generaría un costo financiero insostenible.

Las causas del freno: tasas, precios y rentabilidad

El mercado automotor ha entrado en una fase de desaceleración impulsada por variables macroeconómicas. La causa más mencionada en los pasillos de las terminales es el incremento en las tasas de interés. El encarecimiento del crédito ha frenado en seco la financiación prendaria, herramienta vital para el acceso al 0km en Argentina.

A esto se suma una feroz competencia que ha erosionado los márgenes de ganancia. Para sostener los volúmenes de venta en un mercado recesivo, muchas marcas han recurrido a agresivas políticas de descuentos y bonificaciones. Esta «guerra de precios» ha provocado un descenso significativo en la rentabilidad. La disyuntiva actual de las empresas es clara: priorizar la cuota de mercado aceptando márgenes mínimos (o negativos) o retirarse de la pugna, sacrificando volumen de ventas para proteger la caja.

Stellantis frena producción en El Palomar pareciendo optar por una tercera vía: detener la oferta para evitar la saturación, mientras reacomoda su estrategia de precios y stock.

Exportaciones que no compensan

Históricamente, cuando el mercado interno argentino se deprimía, las exportaciones actuaban como válvula de escape para mantener las líneas de montaje activas. Sin embargo, en esta coyuntura, los envíos al exterior no están creciendo al ritmo esperado. Brasil, el principal socio comercial, mantiene una demanda estable pero insuficiente para absorber el excedente de producción generado por la caída del consumo local.

Esta falta de tracción externa deja a las terminales expuestas a la volatilidad del mercado doméstico, obligándolas a implementar ajustes inmediatos en sus niveles de actividad, como el que hoy afecta a los operarios de Peugeot y Citroën.

Estrategia puesta en 2026

La mirada de la compañía ya no está puesta en salvar el año calendario actual. Desde el gremio de los concesionarios (ACARA) y fuentes del sector retail, se ha comunicado que la directiva comercial para las marcas de El Palomar es clara: no se buscará forzar un resultado «maquillado» en diciembre.

La estrategia es asumir el costo del parate ahora, limpiar el stock existente durante el último mes del año y concentrar todos los esfuerzos y recursos en iniciar el año 2026 con un volumen elevado de patentamientos. Se espera que para enero, con un reacomodamiento de las variables financieras y quizás una política comercial renovada, se pueda reactivar la demanda de manera más orgánica.

Por lo pronto, la imagen de la planta de El Palomar en silencio durante un mes es el símbolo más potente de un fin de año complejo para la industria automotriz, que cierra 2025 con más interrogantes que certezas sobre la reactivación del consumo masivo.