Crisis panadera sin precedentes: costos por las nubes y desplome del 55% en ventas

El sector panadero denuncia una caída histórica del 55% en sus ventas y aumentos de hasta el 50% en la luz en un mes. La combinación de costos disparados y salarios congelados llevó al cierre de 1.800 panaderías y la pérdida de 15.000 empleos.

Un sector esencial al borde del colapso

El sector panadero argentino atraviesa una crisis económica de una gravedad histórica, superando incluso los desafíos de las crisis de los años ’90, el 2001 y la pandemia. La coyuntura actual se caracteriza por una combinación letal: el desplome de la demanda y una escalada insostenible de costos operativos.

Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos de Merlo, denunció que el sector opera en «números rojos» y que la situación hace «inviable la subsistencia del rubro». En los últimos dos años, la presión económica ha provocado el cierre de 1.800 panaderías en todo el país y la eliminación de más de 15.000 puestos de trabajo.

Costos insostenibles y caída libre de las ventas

El núcleo de la crisis se centra en dos variables que han colisionado con brutalidad:

  1. Desplome de Ventas: Las ventas del sector han caído en más del 55%. Esta cifra refleja la severa contracción del consumo a nivel nacional.

  2. Aumento de Costos Energéticos: Las tarifas de luz se han disparado entre un 45% y 50% tan solo en el último mes.

Esta presión de costos vuelve insostenible la continuidad de la actividad. Los panaderos se encuentran atrapados en un dilema: no pueden absorber semejantes incrementos sin trasladarlos al precio final del pan y los productos de pastelería; sin embargo, cualquier ajuste de precios ahuyenta a una clientela con recursos cada vez más limitados.

La asimetría fatal: costos altos, salarios «pisados»

Según el referente panadero, el problema fundamental radica en la brutal asimetría entre la suba de costos y la evolución de los ingresos populares. Mientras los precios de la energía, los insumos esenciales y los servicios no dejan de subir, los sueldos de la población «están pisados a los valores de un año atrás».

Esta disparidad genera un círculo vicioso que amenaza con la extinción masiva del oficio:

  • Bajo poder adquisitivo: Los salarios congelados obligan a las familias a limitar drásticamente el consumo.

  • Caída de la demanda: La gente solo compra lo estrictamente indispensable, lo que se traduce en el desplome de las ventas de pan y productos derivados.

  • Presión sobre precios: La necesidad de compensar los costos energéticos impulsa nuevos aumentos, que a su vez profundizan la caída de las ventas.

La frase «la gente compra lo que puede y no lo que quiere» sintetiza el drama social y económico. La política económica actual es señalada por los empresarios del sector como el detonante de un colapso que ha secado el consumo de un bien considerado esencial.