El Gobierno apuesta a la recesión: subió la tasa para secar de pesos la economía

El Tesoro renovó más del 95% de su deuda, reteniendo liquidez por temor a la presión cambiaria y la inflación. La suba de la tasa al 2,69% TEM confirma que el Ejecutivo prioriza el ancla monetaria y la recesión frente al estímulo del crédito y la actividad.

En una jugada que reafirma la primacía de la política antiinflacionaria sobre el impulso económico, el Gobierno decidió apostar a mantener el freno sobre la actividad a través de la absorción de liquidez. ¿Cuál fue el mecanismo utilizado? Una crítica renovación de deuda del Tesoro que logró captar 13,99 billones de pesos sobre vencimientos estimados en 14,5 billones, renovando más del 95% del total. Esta decisión, que implicó subir la tasa de interés de referencia, frustró las expectativas del mercado que aguardaba una liberación de hasta 2 billones de pesos para movilizar el crédito. La presión sobre el dólar y el repunte de la inflación se impusieron, reforzando la estrategia de la recesión como ancla monetaria.

El cerrojo de la liquidez: absorción récord de pesos

La operación de renovación de deuda del Tesoro fue el principal indicador de la política monetaria. El mercado especulaba con una estrategia más laxa que permitiera inyectar liquidez y, por ende, “combustible” a una economía que se mantiene en estado de anemia, a pesar de las revisiones del INDEC. Sin embargo, se impuso la cautela extrema.

La decisión de absorber la mayor cantidad posible de pesos, captando la casi totalidad de las ofertas (que ascendieron a 14,69 billones de pesos), está directamente asociada a la renovada presión sobre el dólar.

Datos clave de la operación:

  • Renovación: 13,99 billones de pesos captados (más del 95%).

  • Margen Financiero: El Tesoro acumuló un excedente financiero de más de 6 billones de pesos en el mes, colocando deuda por 23 billones sobre vencimientos de 16 billones.

Este margen se obtiene, sin embargo, a un alto costo: el sostenimiento de tasas de interés elevadas y una baja monetización de la economía, lo que garantiza el freno a la inversión y el consumo.

El costo de la renovación: suba de la tasa y concentración de plazos

Para poder renovar la casi totalidad de la deuda, el Gobierno tuvo que aceptar subir un escalón las tasas de interés respecto al mercado secundario. La mayor colocación se concentró en el plazo más corto, con 5 billones de pesos al 13 de febrero, y el rendimiento se elevó del 2,41% de Tasa Efectiva Mensual (TEM) al 2,69% de TEM.

Los otros instrumentos colocados mayormente al 30 de abril incluyeron bonos ajustables por la Tasa de Plazos Fijos Mayoristas (TAMAR) más un spread del 4%, y Letras Capitalizables (Lecap) con una TEM del 2,54%, además de una porción en Dollar Link (que actualiza por el dólar oficial).

El Banco Central (BCRA) debió armar toda la ingeniería legal necesaria para que los bancos renueven su tenencia de títulos públicos, blindando la operación para evitar un colapso monetario. La presión cambiaria reciente, que vio el dólar mayorista subir por quinta jornada consecutiva, y las expectativas inflacionarias reforzaron la necesidad del equipo económico de mantener el ancla monetaria como política dominante.

El dólar como termómetro y la presión cambiaria

La persistente expectativa de un cambio de régimen, que incluiría una eventual devaluación, ha impedido que el precio del dólar actuara como ancla antiinflacionaria. La alta demanda en el mercado de cambios, que se había manifestado intensamente antes de las elecciones de octubre, volvió a resurgir en los últimos cinco días, ejerciendo una presión significativa a pesar de la liquidación de divisas proveniente de la deuda privada.

Deuda privada: la fuente inesperada de dólares

Mientras el Gobierno mantiene cerrado el mercado de deuda voluntaria en divisas, con un Riesgo País en la zona de 650 puntos, se observa un fenómeno paralelo: la colocación récord de Obligaciones Negociables (ON) y títulos de deuda por parte de empresas y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

  • Volumen: En las últimas seis semanas, se colocaron más de 2.900 millones de dólares en los mercados internacionales.

  • Efecto: Estos dólares son volcados al mercado oficial de cambios, lo que incrementa los depósitos del sector privado y engrosa temporalmente las reservas brutas del BCRA (ya que figuran como encajes). Al 20 de noviembre, los depósitos en dólares del sector privado alcanzaron un récord de $35.540 millones, con una suba de $430 millones en el mes.

Este flujo de dólares privados, con empresas como Genneia y CGC planeando nuevas colocaciones de hasta 500 millones de dólares cada una, y la provincia de Santa Fe buscando hasta 1.000 millones, podría superar los 5.200 millones de dólares en el trimestre.

Como advierte GMA Capital, este panorama de liquidez y apetito inversor plantea una pregunta crucial: ¿es esta liquidez una oportunidad para que el Gobierno nacional regrese al mercado voluntario de deuda? Por ahora, la cautela oficial y la falta de capacidad de acumulación genuina de reservas mantienen esa puerta cerrada.