Recesión argentina: la destrucción de empleo privado supera seis veces la caída pública
La remuneración promedio real de los asalariados privados formales cayó un 14 % respecto al máximo histórico. Un informe de la UBA revela una asimetría alarmante: seis empleos privados se pierden por cada uno público en un escenario recesivo.
El panorama desolador del empleo asalariado formal y las remuneraciones
El empleo privado formal en Argentina enfrenta una crisis severa. Un reciente informe elaborado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) encendió las alarmas al exponer la magnitud de la destrucción de puestos de trabajo y la histórica pérdida de poder adquisitivo. La investigación, titulada «Panorama del empleo asalariado formal y de las remuneraciones», compara la dinámica de los sectores público y privado, revelando una asimetría que profundiza la crisis laboral y económica.
La caída de la actividad económica, enmarcada en una recesión que se extiende, ha impactado con especial virulencia al sector productivo, mientras que la planta estatal ha mostrado una resistencia mayor, aunque también descendente. Este fenómeno está configurando un doble desafío: la pérdida de empleo privado y una caída real en la capacidad de compra de quienes aún conservan su trabajo.
Asimetría de la crisis: por cada puesto estatal, seis son privados
Tomando como referencia el último dato disponible a agosto de 2025, el informe detalla una pérdida total de 13,1 mil puestos formales en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Sin embargo, el análisis de la distribución sectorial revela la verdadera magnitud del impacto en el sector privado.
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Sector privado formal: Perdió 10,6 mil puestos de trabajo.
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Sector público: La caída fue de 1,7 mil puestos.
Esta proporción establece una dramática asimetría: por cada empleo eliminado en el Estado, el sector privado destruyó seis puestos. Esta diferencia subraya que la recesión golpeó con mayor rapidez y dureza a las empresas, las cuales se vieron forzadas a recortar personal ante la estrepitosa caída de la actividad y el consumo. Por su parte, la reducción de la plantilla estatal ha sido significativamente más lenta y menos intensa en términos proporcionales.
Más de 220 mil empleos menos desde el cambio de gestión
El análisis temporal que ofrece el IIEP-UBA dimensiona la profundidad de la retracción laboral en Argentina. El total de asalariados registrados en el SIPA se ubicó en 10.078 mil personas en agosto de 2025. Al comparar este número con períodos anteriores, se evidencia una tendencia descendente ininterrumpida que comenzó a fines de 2023.
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Pérdida interanual: Se registraron 33 mil puestos menos (-0,3%) en comparación con agosto de 2024.
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Pérdida desde el pico: La cifra más impactante es la caída de 224 mil puestos (-2,2%) frente al máximo registrado en noviembre de 2023, mes en que inició el actual ciclo político.
Esta destrucción masiva de puestos de trabajo registrados, con el sector privado como principal afectado, no solo frena cualquier posibilidad de crecimiento económico, sino que también debilita de manera estructural el sistema de seguridad social al reducir los aportes y contribuciones, generando un escenario de conflicto económico y social.
El salario mínimo, vital y móvil en su piso histórico
A la par de la caída del empleo privado, el informe del IIEP-UBA pone el foco en la erosión del poder adquisitivo. Los investigadores analizaron la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM), una referencia clave para millones de trabajadores y beneficiarios sociales, en términos reales (descontando la inflación).
El salario mínimo real ha experimentado una caída consecutiva, ubicándose en valores mínimos históricos.
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Pérdida adquisitiva desde la asunción presidencial: Entre noviembre de 2023 y octubre de 2025, el SMVM perdió un brutal 35% de su poder adquisitivo real.
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Comparación histórica: El valor real actual del salario mínimo se encuentra por debajo del nivel registrado en 2001, previo al colapso de la convertibilidad. En un dato aún más elocuente, el valor representa solo un tercio del máximo histórico alcanzado en septiembre de 2011, lo que implica una erosión del 64 % de su poder de compra en poco más de una década.
La remuneración promedio real de los asalariados privados formales tampoco escapó a esta tendencia, registrando una caída del 14 % respecto a su máximo histórico.
Una crisis que profundiza el deterioro social
La combinación de la persistente destrucción de empleo privado formal, que supera en seis veces la caída del sector público, y la histórica pérdida de poder adquisitivo del salario mínimo configura un panorama de profundo deterioro para la calidad de vida de los argentinos. La recesión económica, plasmada en estos datos de la UBA, está generando un impacto social que va más allá de las cifras macroeconómicas, afectando la estabilidad laboral, la previsibilidad y la capacidad de consumo de la población, en un ciclo recesivo que, al momento del informe, no mostraba signos de freno.
