Día Mundial para Prevenir la Explotación, los Abusos y la Violencia Sexuales contra los Niños y Promover la Sanación
Cada 18 de noviembre, la ONU llama a fortalecer la prevención abuso infantil. El foco está en romper el silencio y asegurar la sanación de las víctimas.
Cada 18 de noviembre, la agenda internacional pone el foco en una de las violaciones de derechos humanos más graves y dolorosas que enfrentan millones de personas en el mundo: la explotación, los abusos y la violencia sexuales contra los niños. El Día Mundial para Prevenir la Explotación, los Abusos y la Violencia Sexuales contra los Niños y Promover la Sanación, proclamado por las Naciones Unidas, es un llamado urgente a visibilizar la problemática y, sobre todo, a renovar el compromiso colectivo con la protección y el apoyo a las víctimas.
Esta jornada surge de la necesidad de fortalecer acciones concretas de prevención abuso infantil y asegurar que la dignidad de los niños y su derecho a vivir libres de violencia se sitúe como una prioridad ineludible en la agenda global.
El grito silenciado: la magnitud de la violencia sexual infantil
La violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes (NNyA) es un delito grave que no solo atenta contra su integridad física y sexual, sino que deja secuelas profundas que pueden perdurar a lo largo de toda la vida, afectando su salud mental y bienestar. Si bien la violencia ocurre en todos los contextos, la problemática se agrava en situaciones de emergencia y, crucialmente, se oculta en el entorno más íntimo.
Un dato que subraya la dificultad en la prevención abuso infantil es la alta incidencia de estos delitos en el ámbito intrafamiliar. El abuso sexual, en muchas ocasiones, ocurre por parte de personas adultas que se encuentran en posiciones de poder, confianza o jerarquía sobre la víctima. Este contexto genera barreras adicionales para que los NNyA puedan alzar la voz, dominados por el miedo, la culpa, la vergüenza y el estigma.
El compromiso internacional: prevención, sanación y Agenda 2030
La proclamación de esta fecha por parte de la ONU (a partir de 2022) busca asegurar que los Estados reafirmen su compromiso con la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 16, que promueve sociedades justas, pacíficas e inclusivas. Poner fin a la explotación y el abuso sexual contra los niños es un pilar fundamental para lograr esa meta.
La jornada tiene una doble finalidad, reflejada en su propio nombre:
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Prevención: Con la responsabilidad colectiva de educar y fomentar un entorno seguro.
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Sanación: Con el imperativo de creer y apoyar a las víctimas, garantizando que su voz sea escuchada como primer paso hacia la justicia y la reparación.
Herramientas clave: la ESI y el derecho a ser escuchado
Para combatir esta problemática, la acción debe centrarse en la educación y la desnaturalización del silencio.
La Educación Sexual Integral (ESI) como escudo
La ESI juega un rol esencial en la prevención abuso infantil. Un programa bien aplicado, en todos los niveles educativos, se convierte en una herramienta fundamental para enseñar a los NNyA sobre el cuidado y el respeto a su cuerpo, y para que puedan reconocer comportamientos inapropiados o abusivos. La ESI a menudo se convierte en el espacio seguro donde niños y adolescentes manifiestan por primera vez las vulneraciones que padecen.
Romper el silencio y creer en la víctima
El mayor obstáculo para la sanación y la justicia es la incredulidad o el estigma social. Es crucial recordar que escuchar y validar los relatos de las personas en situación de violencia es el primer paso hacia la reparación. La vergüenza y el miedo, a menudo impuestos por el agresor, son las barreras que deben ser desmontadas por los adultos de confianza.
La corresponsabilidad: cómo actuar desde la comunidad
La prevención abuso infantil es una responsabilidad colectiva que involucra a gobiernos, comunidades, educadores y, sobre todo, a las familias.
La corresponsabilidad comienza por saber detectar posibles situaciones de riesgo y notificarlas a las autoridades competentes. Es importante diferenciar entre notificar (dar aviso a Servicios Sociales Básicos o Atención Primaria sobre una sospecha o riesgo) y denunciar (presentar una querella formal ante la Justicia).
Si existe una sospecha de que un NNyA está sufriendo violencia o está en riesgo, la clave es actuar: informar a través de los Servicios Sociales y registrar detalles esenciales como qué se vio, cuándo, dónde, quiénes estaban involucrados y si existe alguna otra persona al tanto de la situación.
El 18 de noviembre es un recordatorio de que la indiferencia no es una opción. El compromiso de los Estados y de cada ciudadano debe ser constante para construir un entorno seguro y garantizar que el derecho fundamental de los niños a vivir sin violencia sea una realidad irrenunciable.
