El caso Barreda: el cuádruple femicidio que conmocionó al país y expuso la violencia de género
El odontólogo Ricardo Alberto Barreda asesinó a su esposa, sus dos hijas y su suegra en La Plata en 1992, un múltiple femicidio que desnudó la violencia machista y generó un intenso debate social y mediático.
El caso Ricardo Barreda es uno de los crímenes más resonantes y emblemáticos de la historia judicial argentina. El 15 de noviembre de 1992, el odontólogo Ricardo Alberto Barreda asesinó brutalmente a su esposa, Gladys McDonald; a sus dos hijas, Cecilia y Adriana Barreda; y a su suegra, Elena Arreche, en la casa familiar de La Plata. Este cuádruple crimen, que en la actualidad se clasifica como múltiple femicidio, conmocionó a la sociedad y expuso crudamente la violencia de género intrafamiliar.
El crimen de 1992: la masacre de la familia
Ricardo Barreda, un odontólogo de 56 años al momento del hecho, mató a las cuatro mujeres de su entorno familiar con una escopeta de caza, una Víctor Sarrasqueta, que le había regalado su suegra tiempo atrás.
Según su confesión, aquel domingo por la tarde, en medio de una convivencia familiar marcada por la tensión y el maltrato psicológico que Barreda alegó sufrir, él tomó la escopeta y disparó. La versión de Barreda, que utilizó como justificación durante el proceso judicial, fue que estaba harto de los supuestos malos tratos y del apodo despectivo con el que lo llamaban, «Conchita».
Tras cometer los asesinatos, Barreda intentó simular un robo. Recogió los cartuchos, guardó el arma en el baúl de su auto y se retiró del lugar, llegando incluso a pasar tiempo con una amante. Sin embargo, la policía bonaerense desconfió rápidamente de su relato. Su frialdad y su intento de actuar como un investigador en la escena del crimen levantaron sospechas inmediatas. Finalmente, confesó el crimen y reveló dónde había tirado el arma.
Juicio y condena: reclusión perpetua
El odontólogo fue condenado en 1995 a reclusión perpetua por los cargos de triple homicidio calificado (por el vínculo con su esposa e hijas) y un homicidio simple (por su suegra).
La condena fue el resultado de un juicio con gran repercusión mediática, donde Barreda mantuvo un discurso victimista, atribuyendo su accionar a los años de humillaciones y maltratos. Sin embargo, su justificación fue desacreditada y la justicia impuso la pena máxima.
Post-condena y el debate social
El caso Barreda continuó siendo un foco de atención incluso después de la condena:
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Salida de prisión: Tras cumplir más de 15 años de prisión, Barreda obtuvo la prisión domiciliaria a inicios de 2008, basándose en su buena conducta y por ser mayor de 70 años. En 2011, obtuvo la libertad condicional.
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Controversia y figura popular: El caso se instaló profundamente en la cultura popular argentina. Mientras que una parte de la sociedad condenó el cuádruple crimen como un acto de violencia machista extrema, otra corriente —mayoritariamente misógina— lo mitificó, creando la figura de un «héroe» o «San Barreda», como supuesta deidad protectora de hombres que sufrían violencia de género, a pesar de que la evidencia apuntaba a su calidad de victimario.
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Fallecimiento: Ricardo Barreda falleció el 25 de mayo de 2020 a los 83 años, producto de un paro cardiorrespiratorio, en un hogar geriátrico de José C. Paz. Su entierro fue solitario.
La herencia y el cierre judicial
Tras su muerte, el litigio por la herencia familiar, que se prolongó por 32 años debido a la simultaneidad de las muertes, comenzó a resolverse. La icónica casa de La Plata, donde ocurrió el crimen, finalmente se resolvió en favor de los herederos colaterales de su suegra, Elena Arreche.
El caso Barreda, hoy analizado bajo la óptica del femicidio, sigue siendo un recordatorio sombrío de la violencia machista y las complejas dinámicas de poder dentro del ámbito familiar.
