Neurociencia del mate: la infusión mejora la atención, memoria y genera felicidad
Investigaciones recientes de la UBA y el Conicet, que retoman estudios del Premio Nobel Bernardo Houssay, confirman que el consumo de yerba mate tiene un efecto neuroprotector, estimulante y que activa la dopamina, la hormona de la felicidad.
El hábito de tomar mate, profundamente arraigado en el Cono Sur, ha sido validado por la ciencia gracias a nuevas y antiguas investigaciones que confirman sus efectos positivos en la función cerebral, incluyendo la mejora de la atención, la activación de la memoria y la generación de una sensación de felicidad. Los hallazgos más recientes de equipos de Argentina y Brasil confirman los estudios que el Premio Nobel de Medicina, Bernardo Houssay, realizó en la década de 1940, destacando el rol neuroprotector y psicoestimulante de los componentes de la yerba mate.
El efecto neuroprotector de la yerba mate
La “VII Jornada Yerba Mate y Salud”, organizada por la UBA y el INYM, sirvió de plataforma para presentar las conclusiones de la investigación redescubierta de Houssay y los trabajos actuales. Los expertos Juan Ferrario (CONICET/UBA) e Irene Taravini (UNER) explicaron cómo el consumo moderado de yerba mate podría tener un impacto significativo en la salud cerebral.
Retraso en la enfermedad de Parkinson
Investigaciones independientes demostraron que el consumo moderado de la infusión podría retrasar la aparición y el avance de la enfermedad de Parkinson. Un estudio realizado con ratones, a los que se les había inducido una lesión neuronal, mostró resultados notables:
- El grupo de ratones que consumió mate presentó una reducción del tamaño de la zona lesionada del 10% en comparación con el grupo que solo bebió agua.
- Esta diferencia, aunque parezca pequeña, podría ser significativa en la progresión de enfermedades neurodegenerativas. Ferrario comentó que una reducción del 10% en la muerte neuronal podría implicar que la manifestación del Parkinson se postergue de los 70 a los 80 años.
Este efecto positivo se debe a que en el grupo que tomó mate se cuantificaron más terminales de dopamina, un neurotransmisor crucial para el control motor, la memoria, la motivación y la atención. La yerba mate contiene tanto cafeína como teobromina, sustancias que interactúan para potenciar este efecto.
Rendimiento cognitivo y deportivo: el legado de Houssay
Mucho antes de que figuras como Lionel Messi popularizaran el mate en el ámbito deportivo, el doctor Bernardo Houssay ya había investigado sus efectos en el rendimiento.
Estudios con aviadores y estudiantes
Entre 1938 y 1944, Houssay realizó estudios documentados sobre el efecto psico-fisiológico del mate. En una investigación con 11 aviadores de la armada, Houssay comparó el rendimiento en baterías de tests (atención, reacción selectiva, concentración y memoria asociativa) antes y después de tomar mate.
Los resultados, comparados con el rendimiento promedio de otros 548 aviadores, mostraron un descenso marcado en el tiempo de reacción simple y selectiva. Este es un hallazgo vital para actividades que exigen decisiones rápidas y control motor, como la aviación o el deporte.
Estudios posteriores con 18 estudiantes universitarios, usando test cognitivos, confirmaron los hallazgos:
- Reducción en los tiempos de cálculo y asociación.
- Mejora en las tareas creativas y de resistencia motora.
La conclusión de Houssay y el psiquiatra Emilio Mira y López en 1940 fue: “El consumo moderado de yerba mate tiene una acción psicofisiológica estimulante. Y genera una aceleración de las reacciones psicomotrices, el mejoramiento de la atención y la memoria, un aumento del tono psicomotor y mejor disposición para el esfuerzo intelectual y muscular”.
La ciencia de la felicidad en cada cebada
La ciencia moderna, gracias al avance instrumental, ha podido descifrar el mecanismo celular de estos beneficios, confirmando que el mate genera felicidad.
El efecto psicoestimulante del mate se produce por la interacción de la dopamina (activación) y la adenosina (relajación). La cafeína contenida en la yerba mate actúa como un bloqueador del receptor de adenosina, lo que permite que la dopamina se active y produzca un efecto psicoestimulante, posponiendo la sensación de cansancio.
Además de esta activación química, el acto de tomar mate por sí mismo genera bienestar psicológico:
“Cuando preparamos el mate, como sabemos que vamos a hacer algo placentero, nuestro cerebro ya empieza a liberar dopamina, una hormona asociada al placer y la felicidad”, explicó Ferrario.
Las pruebas de percepción revelaron que los tomadores de mate asocian la infusión con conceptos como alegría, bienestar, descanso, conexión y energía. Estos efectos se inician incluso antes de la primera cebada, demostrando que el ritual cultural ya activa las vías del placer en el cerebro.
