Aumento alquileres y servicios lidera el ajuste: el peso de los gastos fijos redefine la canasta familiar
El drástico cambio en los precios relativos bajo la gestión Milei obligó a los hogares a recortar gastos esenciales. El aumento alquileres y servicios públicos superó ampliamente a la inflación y erosiona el poder de compra de los salarios.
La política de ajuste implementada por el Gobierno de La Libertad Avanza (LLA) ha generado una profunda reestructuración en las economías domésticas argentinas. Lejos de una mejora para las mayorías, el último período se caracteriza por una creciente transferencia de ingresos desde el bolsillo de los trabajadores hacia los gastos fijos esenciales. Este fenómeno es impulsado por la nueva estructura de precios relativos, donde el aumento alquileres y servicios públicos se consolidó como el componente que más creció, forzando a miles de familias a rediseñar sus canastas de consumo y, en muchos casos, retroceder en la escala social.
Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025, los alquileres y los servicios públicos son los rubros que más incrementaron su precio relativo. Su suba acumulada, tomando noviembre de 2023 como base 100, alcanzó un asombroso 53,0% real hasta septiembre de 2025.
Alquileres y tarifas: un salto que supera al IPC
El impacto del ajuste en los gastos fijos es evidente al comparar la evolución de precios. Mientras que la inflación minorista general (IPC) en septiembre fue de 2,1% mensual, los rubros de Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles la superaron con un 3,1%.
El caso de los alquileres es aún más drástico. En septiembre, la suba mensual fue del 3,5%. El acumulado anual hasta la fecha sitúa el aumento de los alquileres muy por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en todas las regiones del país. En la Patagonia, por ejemplo, los alquileres se incrementaron un 101%, mientras el IPC regional creció 23,7%. En el Gran Buenos Aires (GBA), el alquiler subió 56,8% frente a una inflación de 22,1%.
El aumento alquileres y servicios se ve agravado en el sector de los servicios públicos, afectado directamente por la quita de subsidios y los ajustes tarifarios. El informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP-UBA CONICET) indica que, entre diciembre de 2023 y el corriente mes, la canasta de servicios públicos del AMBA (energía, gas, agua y transporte) se disparó un 514%, mientras que el nivel general de precios (inflación) lo hizo en 171%.
Como resultado, la canasta de servicios públicos ya representa el 10,7% de un salario promedio registrado (estimado en $1.600.815).
La salud prepaga y el deterioro del salario
Otro rubro de fuerte impacto en el bolsillo familiar es la medicina prepaga, cuya desregulación se profundizó mediante el Decreto 102/2025 del Gobierno de LLA, permitiendo a las empresas fijar libremente sus cuotas.
La incidencia del gasto en salud sobre el salario formal promedio muestra un deterioro sostenido. El gasto en un plan específico, que en 2013 demandaba el 11% del salario, antes del acuerdo con el Gobierno en abril de 2024 alcanzó el 27,5% (máximo en doce años). Si bien hubo una baja temporal, la incidencia volvió a subir, alcanzando un 24% estimado este mes.
En síntesis, la desregulación generó que, desde el inicio de la gestión Milei (noviembre de 2023) hasta octubre, el peso de la medicina prepaga sobre el salario formal escalara del 18% al 24%, es decir, un aumento de 6 puntos porcentuales. En términos de valor real, prepagas como OMINT registraron un incremento real del 41% respecto a noviembre de 2023, ubicando el valor de la cuota en el punto más alto de los últimos trece años.
Recesión y desplazamiento del consumo
Este marcado aumento alquileres y servicios y el encarecimiento de rubros como salud, transporte y educación obligó a los hogares a sacrificar otros consumos. La nueva estructura de precios ha obligado a desplazar bienes tradicionales —como carne vacuna, lácteos e indumentaria— para poder cubrir los crecientes gastos fijos.
Mientras los gastos regulados se disparaban, otros rubros como prendas de vestir y calzado experimentaron la mayor baja relativa (-28% entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025). Sin embargo, esta caída no es señal de mejora, sino un reflejo directo de la profunda recesión económica y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores.
Los datos oficiales de empleo, que marcan una pérdida de 200.000 puestos formales desde noviembre de 2023, y la contracción del consumo (una caída del 3,7% en septiembre, según datos privados), confirman que el fuerte ajuste se tradujo en una transferencia de recursos de los trabajadores, un aumento del endeudamiento familiar y una reconfiguración forzada de la subsistencia de los hogares argentinos.
