Servicios públicos: las tarifas aumentaron hasta 900% con Milei

El drástico aumento tarifas servicios públicos impactó a la clase media del AMBA, con el gas natural subiendo 913% y el transporte 852% en 22 meses. El sinceramiento tarifario obligó a los hogares a afrontar aumentos muy superiores a la inflación acumulada.

La política de sinceramiento tarifario implementada por el gobierno de Javier Milei desde diciembre de 2023 ha generado un impacto financiero brutal sobre los sectores medios, especialmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El alza en la canasta de aumento tarifas servicios públicos se multiplicó por seis en 22 meses (diciembre 2023 – octubre 2025), alcanzando un incremento del 514%. Este salto fue impulsado por incrementos récord en servicios esenciales: el gas natural se disparó un 913% y el transporte un 852%, muy por encima del 171% de inflación acumulada en el mismo período. Mientras los subsidios cayeron un 46% respecto a 2024, este reajuste tarifario ha erosionado la capacidad de ahorro y la calidad de vida de la clase media.

El golpe en la línea de flotación: gas y transporte a la cabeza

Los datos del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-CONICET) revelan la magnitud del desfasaje entre el ajuste de los servicios y el índice general de precios. El incremento total del 514% en la canasta de servicios públicos del AMBA significa que un hogar de clase media que pagaba, por ejemplo, $50 mil en noviembre de 2023, ahora debe afrontar unos $300 mil, solo en gas, luz y agua, lo cual explica las dificultades de los sectores medios para llegar a fin de mes.

Los incrementos más significativos, concentrados principalmente durante el primer año de gestión de Milei, fueron:

  • Gas natural: aumento del 913%.
  • Transporte: aumento del 852%.
  • Agua: aumento del 376%.
  • Energía eléctrica: aumento del 228%.

En contraste, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el mismo lapso subió 171%, lo que subraya que los usuarios de servicios públicos han absorbido una devaluación real de sus ingresos en aras del objetivo fiscal del gobierno.

El dilema del subsidio: diferencias entre clases

La política de reducción de subsidios, que sumaron $6 billones en lo que va del año (con una caída del 46% respecto a 2024), revela una aplicación segmentada que afecta desproporcionadamente a los sectores medios.

Actualmente, las tarifas de servicios públicos en el AMBA cubren en promedio el 50% de los costos. Sin embargo, esta cobertura es dispar:

Jubilados y clase media sin red de contención

Los sectores medios y los jubilados con casa propia son los más afectados. Deben afrontar prácticamente la totalidad de los incrementos sin la red de contención de los subsidios cruzados. Sus ingresos jubilatorios no han acompañado este ritmo de ajuste, llevándolos a una situación crítica.

Sectores vulnerables y el subsidio eléctrico

En el caso de los sectores más postergados que viven en villas o asentamientos, el servicio de electricidad está subsidiado. Los gobiernos provinciales o el de la Ciudad le pagan a las distribuidoras (Edesur, Edenor, Metrogas, Naturgy) el costo de esa energía a través de un gran medidor central. Esta disparidad genera un quiebre en la línea de flotación de la clase media, que históricamente ha sido la más dinámica en la economía y ahora se ve asfixiada por el aumento tarifas servicios públicos.

Desaceleración en 2025: un respiro condicionado

La canasta de servicios públicos ha mostrado una fuerte desaceleración en 2025. Hasta octubre, el aumento acumulado es de solo el 21%, situándose por debajo de la inflación estimada (24%).

En la comparación interanual (octubre 2024 vs. octubre 2025), la canasta total se incrementó un 26%, también por debajo del IPC estimado del 31%. Sin embargo, dos servicios clave continúan ejerciendo presión al alza:

  • Transporte: incremento interanual del 36%, por encima del IPC.
  • Gas natural: aumento del 24% interanual.

Conclusión

El aumento tarifas servicios públicos es la demostración más palpable del costo del sinceramiento tarifario en Argentina. La suba sideral del gas y el transporte, que superó en mucho la inflación general, ha desestabilizado las finanzas de la clase media, forzándola a reestructurar por completo sus presupuestos. Si bien la desaceleración de 2025 ofrece un pequeño alivio, el impacto acumulado desde diciembre de 2023 ya ha cobrado su precio en la capacidad de ahorro y la calidad de vida de millones de hogares. La necesidad de sostener el ajuste fiscal recae, en gran medida, sobre los hombros de aquellos que, hasta ahora, financiaban el sistema.