La escalada del precio de la carne vacuna triplicó la inflación en septiembre

El precio de la hacienda aumentó 27% en el último trimestre, impulsado por la tensión cambiaria y la eliminación de retenciones. El asado lidera las subas interanuales, con un 60,1%, afectando el bolsillo de los consumidores.

La carne vacuna, un alimento esencial en la dieta argentina, se consolidó en septiembre como uno de los principales motores inflacionarios del país. La escalada de precios en el ganado en pie no solo superó el incremento general del Índice de Precios al Consumidor (IPC), sino que lo triplicó, poniendo en jaque el consumo popular. Según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el valor de la hacienda en pie comercializada en Cañuelas se disparó 6,4% entre agosto y septiembre del corriente año, acumulando un impactante aumento del 27% en los últimos tres meses.

Este aumento en el precio de la hacienda contrasta fuertemente con la inflación general del 2,1% registrada por el INDEC en septiembre, y el 6,01% acumulado en el último trimestre. La diferencia es notable y evidencia la presión alcista que factores como la suba del dólar y la eliminación de las retenciones a la exportación ejercieron sobre el sector. La competencia entre el consumo interno y la demanda externa, facilitada por estas medidas, catapultó los valores, impactando de manera más dura en los cortes populares.

El asado: Un lujo cada vez más inalcanzable

Uno de los cortes que mejor refleja esta tendencia es el asado, cuya suba interanual asciende al 60,1%. Este incremento casi duplica el IPC nacional interanual, que se ubicó en 31,8%, convirtiendo el tradicional plato argentino en un lujo al que cada vez más ciudadanos tienen dificultades para acceder.

La suba de la carne vacuna fue una constante a lo largo de 2025, especialmente tras la eliminación de los mecanismos de contención de precios por parte del Gobierno. La última de estas decisiones fue la eliminación de los derechos de exportación en un contexto de urgencia cambiaria, lo que intensificó la tensión en el mercado.

La suba de precios alcanzó a todas las categorías de hacienda, aunque fue liderada por vacas y toros, con incrementos de 7,9% y 8,9% en septiembre, respectivamente. En la comparación interanual con septiembre de 2024, el precio promedio se elevó 60,4%, con los novillos, vaquillonas y novillitos a la cabeza (entre 67,4% y 61,3% anual). El informe de Ciccra destaca que «la magnitud de la suba en pesos fue muy superior al incremento de la cotización en pesos del dólar oficial», sugiriendo un atraso cambiario.

asado

Traslado parcial, pero constante, a góndola

Si bien la magnitud de la suba del ganado no se trasladó de forma directa e íntegra a los precios de góndola en septiembre, el aumento en el rubro carnes y derivados fue significativo, aunque atenuado por el abaratamiento de otras proteínas.

El IPC general de septiembre fue del 2,1%, manteniendo el proceso de desaceleración inflacionaria. El capítulo Alimentos y bebidas no alcohólicas creció un 2% mensual, una aceleración respecto a agosto (1,5%), impulsado principalmente por verduras (6,1%) y frutas (4,1%).

En este contexto, el valor promedio de las carnes y derivados (según el INDEC) solo subió 1% mensual. Esta baja variación se explica porque las subas en los cortes vacunos fueron compensadas «en gran medida por la disminución del precio del pollo», según Ciccra.

Al desglosar la variación por cortes vacunos, se observa que:

  • El cuadril fue el que más subió (2,6% respecto a agosto).
  • Carne picada común (1,8%).
  • Asado (1,7%).
  • Paleta (1,3%).
  • Nalga (0,6%).

Además, la caja de hamburguesas congeladas exhibió un aumento del 3,4% mensual, mientras que el pollo entero cayó 3,3% en el mismo período.

Precios y consumo interanual

En el lapso de los últimos doce meses, el precio de los cortes vacunos en el mostrador se elevó 54,9%. El asado, nuevamente, lidera las subas interanuales con un 60,1%, seguido de cerca por el cuadril (60%) y la nalga (56,5%). En contraste, el pollo entero aumentó un 24% interanual, quedando por debajo de la inflación general.

Pese al encarecimiento, el informe sectorial indicó que el consumo «aparente» de carne vacuna no se vio resentido respecto al año pasado, situándose en 49,5 kilos/año per cápita en septiembre. Sin embargo, este dato se debe analizar con cautela, ya que la ingesta promedio de 2024 se ubicaba en mínimos históricos. La producción de carne vacuna creció 0,6% en el período enero-septiembre, mientras que las exportaciones se retrajeron 12,5%, debido principalmente a la menor demanda de China, aunque con signos de recuperación reciente.