La mora en tarjetas de crédito se disparó un 252% en un año

El último informe del Banco Central revela una generalización de la morosidad, con los atrasos en tarjetas de crédito saltando del 1,9% al 6,7% interanual. El endeudamiento familiar se acerca al límite de supervivencia.

El estrés financiero en familias argentinas alcanzó niveles críticos, impulsado por el agotamiento de la capacidad de endeudamiento y la necesidad de recurrir al crédito para la subsistencia diaria. Según el último Informe sobre Bancos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), la morosidad general en el sistema financiero ascendió al 3,7%. No obstante, la situación es mucho más alarmante en los préstamos a las familias: el atraso en los pagos se ubicó en el 6,6%, lo que implica que, en tan solo un año, la morosidad se disparó 2,5 veces. La línea de tarjetas de crédito es la que presenta la peor aceleración, con un incremento interanual del 252%.

La explosión de la morosidad en el segmento familiar

El dato que mejor grafica el deterioro de la economía doméstica es la morosidad de las tarjetas de crédito. En agosto de 2024, la irregularidad en el pago de esta línea era del 1,9%, cifra que saltó al 6,7% en agosto de este año. Este salto del 252% interanual da cuenta del límite de supervivencia al que han llegado los trabajadores, quienes utilizan el endeudamiento como única herramienta para costear gastos básicos, no suntuarios.

Récord histórico en la morosidad familiar

El problema no es exclusivo de las tarjetas. Al considerar la cartera total de préstamos a las familias, el nivel de mora pasó del 2,7% en agosto de 2024 al 6,6% un año después. Este valor es catalogado como «récord histórico» por especialistas.

  • Morosidad de familias: 6,6% (vs. 2,7% interanual).
  • Morosidad en Tarjetas de Crédito: 6,7% (vs. 1,9% interanual).
  • Morosidad General del sistema: 3,7% (0,5 puntos más que el mes anterior).

Según el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), históricamente, el porcentaje de saldos en irregularidad en el segmento familiar variaba entre el 2% y el 3%; superarlo por más del doble evidencia la severa crisis. Incluso, la morosidad familiar supera a la registrada en el segmento de entidades financieras no bancarias, que ronda el 4,5%.

Estancamiento del crédito y el riesgo en dólares

El aumento descontrolado de la morosidad ha generado un estancamiento en la colocación de nuevos créditos a las familias, un indicador del agotamiento de la demanda y del cupo de endeudamiento.

Contracción del financiamiento

Durante agosto, los datos del BCRA mostraron un estancamiento en la financiación a las familias, con las líneas de consumo moviéndose apenas un 0,7%. En contraste, la financiación para el segmento comercial se contrajo un 2,8% en el mes.

Esta situación confirma que el ciclo de toma de préstamos personales por parte de las familias está llegando a su fin, al no poder sostener las obligaciones existentes. La deuda promedio de los 11,3 millones de argentinos endeudados (cerca de uno de cada tres con ingresos) asciende a unos 3,7 millones de pesos, de acuerdo a cálculos del Instituto Argentina Grande (IAG).

Alarma por el endeudamiento en moneda extranjera

En contraposición al estancamiento del crédito en pesos, el Banco Central registró un aumento del 10,2% en los préstamos en moneda extranjera en agosto, con un avance interanual del 160%.

Este dato genera preocupación por el riesgo de «descalce de monedas», una situación que podría agravar la crisis económica. El BCRA recientemente autorizó la emisión de cheques electrónicos (echeq) en dólares contra cuentas corrientes habilitadas para personas humanas y empresas no exportadoras. Expertos como el periodista Fernando Alonso alertan que esta medida, justificada por la entidad como una promoción de la «competencia de monedas», reintroduce un riesgo cambiario que en el pasado fue la génesis de crisis como el corralito del fin de la convertibilidad.

El costo de las políticas económicas

La escalada del estrés financiero en familias y el salto del 252% en la morosidad de las tarjetas de crédito son la prueba más tangible del impacto que las políticas del oficialismo han tenido en las economías domésticas. El endeudamiento, utilizado como mecanismo de «supervivencia diaria», ha llegado a su punto límite, saturando la capacidad de pago y poniendo en riesgo la estabilidad del sistema crediticio. La combinación de una morosidad récord en el segmento familiar y la incipiente dolarización de la deuda no exportadora dibuja un escenario económico de extrema vulnerabilidad.