Recesión e industria: El avance de la crisis golpea a la producción argentina

La recesión avanza y la industria argentina se enfrenta a un golpe devastador. La caída en el uso de la capacidad instalada y la pérdida de empleos son la cara más dura de la crisis.

La recesión avanza. Durante el octavo mes del año, la utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en el 59,4%, un nivel inferior al del año pasado (61,2%). Sectores como el textil, automotriz y de neumáticos se llevan la peor parte, evidenciando el impacto directo de la apertura importadora. La pérdida de empleo formal ya supera los 205.000 puestos, lo que confirma que la situación es crítica.

La caída en el uso de la capacidad instalada en agosto se alinea con un desplome del 4,4% en la producción manufacturera para el mismo periodo. Salvo la refinación de petróleo, que se mantiene alejada de los vaivenes macroeconómicos, la mayoría de los sectores industriales se encuentran paralizados. Esto se refleja en los bajos porcentajes de utilización de la capacidad, que en varios casos están por debajo del promedio general.

Los más afectados fueron los productos minerales no metálicos (58,5%), la industria automotriz (53,3%), edición e impresión (50,9%), productos del tabaco (46,9%), metalmecánica (44,4%), productos de caucho y plástico (42,1%) y, especialmente, los productos textiles (41,5%). La recesión avanza sin piedad y la crisis golpea sin distinción a toda la industria argentina.

El golpe importador y sus consecuencias

El golpe importador se sintió con fuerza en el sector de caucho y plástico. La producción de neumáticos cayó un 39,8% y las manufacturas de plástico un 5,3% en agosto, lo que explica la baja de la capacidad instalada del sector a 42,1%. Este panorama es resultado directo del aumento de importaciones en el rubro «Chasis, partes y neumáticos», que entre enero y agosto demandó 5.300 millones de dólares, un 23,1% más que el año anterior.

La industria automotriz no escapa a la crisis. La capacidad instalada bajó a 53,3% en agosto, una caída que se explica por la merma en la producción de las terminales. Según la ADEFA, la producción y exportación se desplomaron por segundo mes consecutivo, con una caída interanual del 13% en agosto. Los datos de ACARA revelan que más del 60% de los autos vendidos en ese mes fueron importados, invirtiendo la tendencia del año anterior, cuando los vehículos de producción nacional dominaban el mercado.

Sin embargo, el sector más castigado fue el textil. «La motosierra vino por nosotros, han venido a destruir el corazón de la actividad productiva del país», manifestó Hugo Benítez, secretario general de la AOTRA. Los productos textiles registraron un nivel de utilización de la capacidad instalada de 41,5% en agosto, muy por debajo del 50,4% del año pasado.

De acuerdo con un informe de la Fundación Pro Tejer, entre diciembre de 2023 y junio de 2025 se perdieron 11.500 empleos y cerraron 380 empresas. La producción cayó un 14,5% en comparación con 2023. La consultora Vectorial explicó que esta caída se debe al aumento del consumo de bienes importados, favorecido por un tipo de cambio que beneficia la compra de productos extranjeros por sobre la producción local.

El desempleo avanza mientras la recuperación en ‘V’ se aleja

El sueño de una recuperación en ‘V’ se esfumó. Según la Fundación Capital, la economía cayó un 0,8% en el tercer trimestre del año, lo que confirma que Argentina ha entrado en una recesión técnica. Los datos de la actividad económica son «rojos» y la retracción del PBI es evidente.

Este panorama se refleja en el desempleo. Vectorial reporta que entre enero y septiembre de este año se entregaron 112.000 prestaciones por desempleo, uno de los niveles más altos de la última década. Desde el inicio de la gestión de Javier Milei, se perdieron 205.456 puestos de trabajo registrados, y muchos trabajadores pasaron a engrosar las filas de la informalidad laboral.

La recesión avanza y el modelo de apertura importadora de la administración de Milei ha puesto a la industria al borde del abismo. No hay señales de recuperación. La pérdida de empleos y el cierre de empresas son la cruda realidad de una crisis que se profundiza. Es tiempo de que el país se prepare para lo que se viene.