Tierras raras: la clave geopolítica que EE. UU. buscaría a cambio de su apoyo financiero a Milei

Las tierras raras, 17 elementos esenciales para la alta tecnología y la transición energética, se han convertido en el foco de la tensión geopolítica entre Washington y Beijing. En este contexto, el apoyo financiero de EE. UU. al gobierno de Javier Milei estaría condicionado al compromiso de Argentina de limitar la influencia china y asegurar acceso a sus recursos estratégicos, incluyendo la exploración y potencial explotación de estos minerales.

La reciente confirmación de un robusto apoyo financiero de la administración estadounidense al gobierno de Javier Milei, lejos de ser un mero salvataje económico, ha sido interpretada por expertos como una jugada en la «guerra fría mineral» que Estados Unidos mantiene con China. Fuentes oficiales de EE. UU. han sido explícitas al señalar el compromiso de Milei de «sacar a China de la Argentina», lo que implica una reorientación geopolítica con acceso potencial a minerales críticos. Entre los recursos estratégicos de Argentina, las tierras raras emergen como la contraprestación de mayor valor futuro, dada su esencialidad en el mercado tecnológico global y la extrema concentración de su producción en manos del gigante asiático.

¿Qué son las tierras raras y por qué son vitales?

Las tierras raras no son un mineral, sino un grupo de 17 elementos químicos (los 15 lantánidos, más el escandio y el itrio) que poseen propiedades magnéticas, luminiscentes y catalíticas únicas, lo que los hace irremplazables en la fabricación de componentes de alta complejidad.

Elementos Clave Propiedad y Aplicación Estratégica
Neodimio (Nd) y Disprosio (Dy) Imanes permanentes ultra-potentes. Esenciales en motores de autos eléctricos, turbinas eólicas, y sistemas de misiles guiados.
Cerio (Ce) Catalizadores para el refinado de petróleo y en convertidores catalíticos de automóviles.
Europio (Eu) y Terbio (Tb) Fósforos para pantallas de celulares, televisores y monitores, así como en lámparas de bajo consumo.
Lantano (La) Baterías recargables, especialmente para vehículos híbridos y de arranque.

Si bien su nombre es engañoso, ya que no son particularmente raros en la corteza terrestre, sí son muy difíciles y costosos de extraer y procesar de forma ambientalmente responsable y económicamente viable.

La concentración china y la preocupación de EE. UU.

La principal razón de su valor estratégico radica en la concentración geopolítica de su cadena de suministro: China domina más del 60% de la extracción global y concentra cerca del 90% del procesamiento de estos elementos, lo que le otorga un poder de facto sobre las industrias de defensa y energía del resto del mundo.

Para Estados Unidos, esta dependencia es considerada una vulnerabilidad crítica, especialmente en el contexto de la transición energética. Por ello, Washington busca diversificar sus fuentes de suministro en países aliados. El compromiso de Milei de «sacar a China de la Argentina» se traduciría en el cese de futuras inversiones chinas en sectores sensibles y, crucialmente, en la apertura para que empresas estadounidenses e inversores desarrollen los recursos estratégicos argentinos.

Tierras raras en Argentina: potencial y desafíos

Argentina posee reservas de tierras raras en varias provincias, incluyendo las Sierras Pampeanas, Salta, Jujuy, y San Luis.

  • Yacimientos identificados: Se han encontrado concentraciones en depósitos como monacita y bastnasita, con presencia de elementos demandados globalmente como el cerio, lantano, neodimio e itrio.
  • Contexto de explotación: La explotación de tierras raras en Argentina ha sido casi nula, limitada a una breve experiencia entre 1954 y 1956. Actualmente, existen estudios y un interés creciente, pero la falta de infraestructura de procesamiento y los altos costos ambientales y operativos han frenado su desarrollo.

El interés de EE. UU. se centra en asegurar el potencial de estos yacimientos para reducir su dependencia de China. A cambio del apoyo financiero, el gobierno de Milei se comprometería implícitamente a facilitar las condiciones para que la exploración y eventual explotación de estos elementos se realice por parte de inversores y empresas occidentales, integrando a Argentina en la cadena de suministro «amigable» que Washington busca construir.