Consumo en retroceso: la caída de farmacias y kioscos marca una tendencia preocupante
El consumo masivo en Argentina muestra un panorama dispar, con una caída mensual que castiga a los canales de proximidad como farmacias y kioscos. El informe de la consultora Scentia revela cómo el comercio electrónico y los grandes supermercados resistieron, mientras los formatos tradicionales sufrieron el impacto de la retracción del gasto.

El mercado de consumo masivo en Argentina evidenció una nueva contracción en agosto, con una caída del 1,9% respecto a julio. Este retroceso mensual se explica, en gran medida, por el freno en las ventas de los canales tradicionales, que reflejan un cambio en los hábitos de compra de los consumidores. Aunque el dato interanual muestra un crecimiento del 4%, los especialistas advierten que este aumento se debe a una baja base de comparación, y que la volatilidad mensual es un claro indicador de la fragilidad del consumo.
Canales tradicionales sufren el mayor golpe
Los datos más alarmantes se observan en los comercios de cercanía, pilares del consumo diario. Los kioscos y almacenes experimentaron una fuerte caída mensual del 4,4%, lo que sugiere una reducción de las compras de última hora. Las farmacias también mostraron una baja significativa del 2,6%, indicando una mayor cautela en el gasto de productos de higiene, cosmética y otros artículos no esenciales. Por su parte, los autoservicios independientes retrocedieron un 2,2% y los mayoristas, un 0,9%.
Este comportamiento contrasta con el crecimiento interanual de estos mismos canales (10,3% para almacenes y kioscos, y 3,3% para farmacias), lo que subraya la inestabilidad del mercado. Los consumidores, presionados por la situación económica, parecen planificar sus compras de manera más estratégica, priorizando las grandes cadenas y las plataformas digitales en busca de precios y promociones.
Comercio online y supermercados resisten la caída
A contramano de la tendencia negativa, el comercio electrónico se consolida como el gran motor del consumo, registrando un avance mensual del 5,2% y un impresionante crecimiento interanual del 13,3%. Este dinamismo refleja la creciente preferencia por la comodidad y la variedad de ofertas que ofrece este canal. A su vez, los supermercados lograron un aumento mensual del 2,2%, aunque su desempeño interanual muestra una caída del 5,1%, lo que evidencia una batalla constante por atraer y retener clientes en un entorno competitivo.
La disparidad entre los canales de venta refleja una reconfiguración del mercado. Los consumidores están modificando sus hábitos, inclinándose hacia opciones que les permitan optimizar su gasto y buscar mejores precios. Los canales tradicionales, que antes dependían del consumo cotidiano e impulsivo, ahora se enfrentan al desafío de adaptarse a esta nueva realidad.
El consumo por canasta: la prioridad en lo esencial
El análisis por rubros muestra un panorama mixto. Mientras las canastas de productos esenciales como perecederos y alimentos lideraron las subas interanuales (9,8% y 6,2% respectivamente), otros rubros no tuvieron el mismo éxito. Los artículos de higiene y cosmética cayeron un 3,1% interanual y las bebidas alcohólicas retrocedieron un 2%. Estos datos sugieren que, ante la incertidumbre económica, los hogares priorizan las compras de primera necesidad y limitan el gasto en productos considerados «no esenciales».
En síntesis, el consumo de agosto en Argentina es un claro reflejo de la fragilidad de la economía. Si bien los datos interanuales pueden generar una percepción de crecimiento, la caída mensual y la disparidad entre canales de venta revelan un panorama volátil. La consolidación del comercio electrónico y la resiliencia de los supermercados marcan el camino de una nueva dinámica de mercado, mientras los canales tradicionales enfrentan el reto de reinventarse para no perder su relevancia.