ARBA desmintió la creación de un nuevo impuesto de Ingresos Brutos

La Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires explicó en redes sociales las mentiras alrededor de la medida

El impuesto sobre los Ingresos Brutos es un tributo provincial que grava la facturación de negocios, actividades autónomas y operaciones comerciales. A diferencia del IVA, su alcance es territorial y recae sobre quienes ofrecen bienes o servicios, no sobre el consumidor final.

El impuesto sobre los Ingresos Brutos (IIBB) es un tributo provincial en Argentina que constituye una de las principales fuentes de recaudación de las jurisdicciones locales. A diferencia de otros impuestos, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que se aplica al consumo final, el IIBB se aplica sobre la facturación de un negocio, una actividad autónoma o cualquier operación comercial, sin importar si esta generó o no una ganancia.

Este impuesto es de carácter local y su regulación corre por cuenta de cada una de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cada jurisdicción establece, a través de sus códigos fiscales, las normas específicas que definen qué actividades son gravadas, quiénes son los contribuyentes obligados a pagarlo, y cómo se aplican las alícuotas o porcentajes correspondientes. Es por esta razón que la aplicación del impuesto puede variar significativamente de una provincia a otra.

¿Quiénes deben pagar y cómo funciona?

El pago de los Ingresos Brutos es responsabilidad de todas las personas físicas y jurídicas que realizan actividades comerciales, industriales o de servicios dentro de la jurisdicción de una provincia o estado. Esto incluye a profesionales, comerciantes, pymes y grandes empresas. El impuesto recae directamente sobre la facturación, lo que lo convierte en un tributo clave para las finanzas provinciales.

Si bien el pago se establece anualmente, los contribuyentes suelen realizar adelantos de forma mensual o bimestral. En muchos casos, también se aplican retenciones a cuenta por parte de clientes, lo que significa que una porción del pago se retiene y se destina directamente al fisco provincial en nombre del proveedor. Este mecanismo, conocido como Agentes de Recaudación, busca facilitar y asegurar la recaudación del impuesto.

Una de las confusiones más comunes es pensar que los Ingresos Brutos son un impuesto que se aplica a toda la población. Sin embargo, esto es una premisa errónea. El impuesto recae exclusivamente sobre los contribuyentes registrados que realizan actividades económicas, a diferencia del IVA que afecta a todos los consumidores finales. En este contexto, la reciente decisión de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA) de equiparar el tratamiento de las billeteras virtuales con el de los bancos busca unificar criterios y garantizar la equidad fiscal. Esto significa que las retenciones se aplicarán a los contribuyentes de IIBB sin importar la plataforma de pago que utilicen.

Ingresos Brutos vs. IVA: una diferencia clave

Para comprender mejor los Ingresos Brutos, es fundamental distinguirlo del IVA. Aunque ambos son impuestos que gravan la actividad económica, su enfoque y alcance son distintos:

  • IVA (Impuesto al Valor Agregado): Es un impuesto de carácter nacional que grava el valor añadido en cada etapa de la cadena de producción y comercialización. Es un tributo indirecto, lo que significa que, aunque lo pagan las empresas, su costo final lo asume el consumidor que adquiere el bien o servicio. El IVA afecta a todas las personas que compran productos o servicios sujetos a este impuesto.
  • Ingresos Brutos (IIBB): Es un impuesto de carácter provincial que grava la facturación total de una actividad. No se aplica sobre el valor añadido, sino sobre los ingresos totales. A diferencia del IVA, el IIBB es un impuesto directo para el contribuyente que realiza la actividad económica, aunque en muchos casos, este costo se traslada al precio final del producto o servicio.

En resumen, el impuesto sobre los Ingresos Brutos es un pilar de la fiscalidad provincial en Argentina. Su regulación, alícuotas y exenciones varían según la jurisdicción, y su aplicación está dirigida a las personas físicas y jurídicas que realizan actividades económicas, haciendo de este un tributo crucial en el panorama fiscal del país.