¿Los edulcorantes artificiales afectan la memoria?

Una investigación publicada en la revista Neurology sugiere que el consumo elevado de edulcorantes artificiales podría acelerar el deterioro cognitivo en adultos, especialmente en aquellos menores de 60 años y en personas con diabetes.

Una investigación reciente, publicada en la prestigiosa revista Neurology, ha encendido las alarmas sobre el consumo de edulcorantes artificiales y su posible impacto en la salud cerebral. El estudio, que siguió a más de 12.000 participantes durante una década, reveló una preocupante asociación: las personas que consumieron mayores cantidades de edulcorantes artificiales y alcoholes de azúcar mostraron un deterioro cognitivo más rápido, equivalente a 1,6 años adicionales de envejecimiento cerebral.

La investigación evaluó siete compuestos comúnmente encontrados en productos bajos en calorías, como el aspartamo, la sacarina, el eritritol y el xilitol. Los resultados mostraron que aquellos con el consumo más alto de estos edulcorantes experimentaron un deterioro cognitivo un 62% más rápido. El análisis detallado del estudio indicó que los efectos negativos fueron especialmente notorios en adultos menores de 60 años y en personas con diabetes, afectando de forma particular la memoria y la fluidez verbal.

Edulcorantes: ¿una alternativa segura?

Aunque durante mucho tiempo se han promocionado los edulcorantes bajos en calorías como una alternativa saludable al azúcar, los hallazgos de esta investigación sugieren que su consumo excesivo podría tener consecuencias imprevistas. El estudio, de carácter observacional, no establece una relación de causa y efecto directa, pero sí genera la necesidad de una mayor investigación para entender los mecanismos biológicos detrás de esta asociación. Entre los edulcorantes analizados, solo la tagatosa no mostró un impacto negativo en la función cognitiva.

Los expertos que lideraron el estudio enfatizan que se requieren nuevas investigaciones para evaluar otras opciones al azúcar refinado, como la miel o el jarabe de arce, y determinar si estas son más seguras para la salud cerebral a largo plazo. La conclusión del trabajo es clara: si bien los edulcorantes pueden ser útiles para controlar el peso o el azúcar en sangre, su consumo excesivo no debe ser tomado a la ligera, especialmente en poblaciones que ya son vulnerables, como las personas con diabetes.

Este estudio se suma a un debate creciente sobre los efectos a largo plazo de los edulcorantes artificiales. Mientras la evidencia se acumula, la recomendación de muchos especialistas es optar por el consumo moderado o, mejor aún, reducir la ingesta de alimentos y bebidas excesivamente dulces, sin importar si contienen azúcar o sus sustitutos.