La medición de la pobreza en Argentina podría ser 9 puntos más alta con una canasta de consumo actualizada
Un estudio revela que la pobreza en Argentina se acercaría al 43% con una nueva canasta de consumo. El Indec posterga la actualización, generando dudas sobre las cifras oficiales.

Un reciente informe de la consultora Equilibra advierte que la cifra de pobreza en Argentina sería 9 puntos superior a la medición actual del INDEC si se utilizara una canasta de consumo más actualizada. La demora en la implementación de este nuevo índice, que el Gobierno se comprometió a lanzar, podría estar vinculada al impacto que tendría en las estadísticas oficiales.
Las estadísticas de pobreza en Argentina podrían estar subestimando la realidad de millones de personas. Un informe de la consultora Equilibra, elaborado por un equipo de economistas liderado por Lorenzo Sigaut Gravina, reveló que el índice de pobreza en el país se ubicaría alrededor del 43,3% de la población, en lugar del 34,7% medido oficialmente para el semestre octubre 2024-marzo 2025. La diferencia radica en la metodología: el estudio utiliza la Canasta Básica Total (CBT), elaborada con una canasta de consumo más moderna que la utilizada actualmente por el INDEC, que data de 2004-2005 y ha quedado obsoleta.
La obsolescencia de la canasta del INDEC
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) mide la inflación y la pobreza a partir de una canasta de consumo que se estableció con base en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) realizada en 2004 y 2005. Esta herramienta, con casi dos décadas de antigüedad, ya no refleja los hábitos de consumo de los hogares argentinos. Por ejemplo, otorga una ponderación muy baja a los servicios y a productos digitales, mientras que incluye gastos que hoy son casi inexistentes, como los periódicos en papel.
En contraste, la nueva canasta que el mismo organismo preparó se basa en la ENGHo de 2017-2018, que sí contempla el consumo de servicios de telefonía móvil, internet y plataformas de streaming, entre otros. Sin embargo, a pesar de que los trabajos técnicos están finalizados, el Gobierno de Javier Milei ha postergado su lanzamiento, previsto inicialmente para fines de 2024 y ahora comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para finales de este año.
¿Por qué la pobreza sería más alta?
El informe de Equilibra explica que la diferencia de 9 puntos en la tasa de pobreza se debe a que la nueva canasta, más actualizada, tiene un costo significativamente mayor que la actual. Para calcular la línea de pobreza, el INDEC compara los ingresos de los hogares con el valor de la Canasta Básica Total (CBT). Si la CBT se eleva al ajustarla a hábitos de consumo modernos, más familias e individuos caen por debajo de esa línea, incluso si sus ingresos no han cambiado.
El estudio de la consultora también ajustó los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para corregir la «subdeclaración» de ingresos que, según sus cálculos, es común en este tipo de encuestas. Sin esta corrección, la cifra de pobreza con la nueva canasta se habría disparado a cerca del 55%. No obstante, incluso con el ajuste, el resultado de 43,3% es contundente y muestra que la magnitud del problema es mayor a la que reflejan las cifras oficiales.
Un retraso con motivaciones políticas
La postergación del lanzamiento del nuevo IPC y, por extensión, de la actualización de la medición de pobreza e indigencia, genera suspicacias sobre las motivaciones del Gobierno. El informe del Ministerio de Economía al Congreso reconoce que los desarrollos técnicos y metodológicos están listos, y que solo se esperan los «avales institucionales» para su implementación. Este retraso, que ya se extiende por casi un año, sugiere un temor a las cifras que arrojaría la nueva medición, tanto en términos de inflación como de pobreza.
Aunque la tendencia general de la pobreza (un pico en la primera mitad de 2024 seguido de un descenso) se mantiene en ambos escenarios, la magnitud del problema se magnifica con la nueva metodología. Por ejemplo, el pico de pobreza que el INDEC midió en el primer semestre de 2024, de 53%, habría sido de casi 56% según el cálculo de la consultora. Este panorama muestra que el valor de las estadísticas no es solo técnico, sino también político, ya que impacta en el discurso y la percepción pública sobre el éxito o fracaso de las políticas económicas.
La necesidad de transparencia estadística
La credibilidad de las estadísticas oficiales es fundamental para la toma de decisiones informadas, tanto por parte del gobierno como de la sociedad. La demora en la actualización de la metodología del INDEC, un organismo técnico y autónomo por ley, no solo retrasa la obtención de datos más precisos, sino que también alimenta la desconfianza. Una medición más transparente y acorde a la realidad económica del país es un paso esencial para comprender la verdadera situación social y, a partir de ella, diseñar políticas públicas que aborden la pobreza de manera efectiva.