Crisis panadera en Argentina: 14.000 locales cerraron en 18 meses por caída del consumo
El sector panadero enfrenta una crisis sin precedentes en Argentina con el cierre de 14.000 locales. La caída del consumo y el aumento de costos explican el colapso del rubro.

En medio de una profunda recesión económica, el sector panadero en Argentina se enfrenta a una crisis sin precedentes. Los cierres masivos, una caída del consumo de pan de más del 50% y el alza en los costos de producción han llevado a 14.000 panaderías a bajar sus persianas en los últimos 18 meses, un panorama que refleja la pérdida de poder adquisitivo y el impacto de la inflación en la vida cotidiana.
La industria panadera argentina atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia. A pesar de que el 4 de agosto se celebra el Día del Panadero, el ambiente en el sector está lejos de ser festivo. Un informe del Centro de Panaderos de Merlo y la Confederación Interamericana de la Industria del Pan (CIPAN) revela una situación alarmante: cerca de 14.000 locales en todo el país han cerrado en el último año y medio. La principal causa es una drástica caída del consumo de pan y otros productos tradicionales, agravada por el imparable aumento de los costos de producción.
El desplome del consumo y el cambio de hábitos
Según los datos del sector, el consumo de pan cayó un 53% en lo que va de 2025. Este alimento, que históricamente ha sido un pilar en la dieta de los argentinos y un indicador de la situación económica, ahora es un termómetro de la crisis. Martín Pinto, titular del Centro de Panaderos de Merlo, señaló que hoy la mitad de la producción general se redujo y apenas seis de cada diez máquinas están en funcionamiento. La situación es aún más dramática para productos como las facturas, cuyas ventas se desplomaron hasta un 85%.
La profunda recesión y la consecuente pérdida del poder adquisitivo han forzado a las familias a tomar decisiones dolorosas. «La gente empezó a hacerse su propio pan para ahorrar», explicó Pinto, «porque usa esa plata para comprar leche o carne». Este cambio de hábitos de consumo es un claro síntoma de la precariedad económica, donde los productos de panadería, antes considerados esenciales, se han vuelto prescindibles en el presupuesto familiar.
Costos incontrolables y la amenaza a las panaderías artesanales
La crisis del sector no se explica únicamente por la caída de la demanda. Los costos de producción se han disparado por encima del índice de inflación. Las materias primas, como la harina de 25 kilos, pasaron de $3.500 a $15.000, mientras que la levadura y la grasa también sufrieron incrementos desproporcionados. A esto se le suma el aumento en el precio de los servicios públicos, como la electricidad y el gas, que representan una carga insostenible para las pequeñas y medianas empresas.
Este cóctel explosivo de bajos ingresos y altos costos ha llevado al cierre de casi 200 panaderías solo en la provincia de Buenos Aires en el último año, con la consiguiente pérdida de más de mil puestos de trabajo. Martín Pinto advirtió que, de continuar esta tendencia, las panaderías artesanales corren el riesgo de desaparecer, dejando el mercado en manos de «los grandes monopolios».
La situación del sector panadero en Argentina es un reflejo de la crisis económica general que golpea a las PyMEs, motor de gran parte del empleo nacional. El panorama actual no solo amenaza con la pérdida de miles de empleos y el cierre de comercios tradicionales, sino que también afecta un pilar cultural y social arraigado en la identidad del país. La crisis en las panaderías evidencia cómo la recesión y la inflación impactan directamente en la mesa de los argentinos.