La gestión de Luis Petri en la mira por el colapso financiero de la obra social de las Fuerzas Armadas
La obra social de las Fuerzas Armadas pasó de un superávit de casi $3.000 millones a una deuda millonaria, lo que ha puesto en jaque la salud de los beneficiarios.

La obra social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, IOSFA, enfrenta una crisis financiera terminal, pasando de un superávit de casi $3.000 millones en 2023 a una deuda que, según estimaciones sindicales, supera los $250.000 millones. Esta dramática situación ha resultado en la suspensión de cirugías, la escasez de medicamentos oncológicos y para tratamientos críticos, mientras se revelan gastos polémicos en bienes y servicios no esenciales.
El colapso se atribuye a una gestión que autorizó un controvertido préstamo de $40.000 millones, supuestamente destinado a cubrir deudas previas en lugar de las mejoras informáticas justificadas. La crisis de gobernanza se evidencia con la rotación de tres presidentes en 18 meses. El ministro de Defensa, Luis Petri, es señalado como responsable político de la crisis por no haber gestionado a tiempo los fondos de emergencia prometidos.
La espiral financiera y el impacto en los afiliados
La debacle financiera de IOSFA ha tenido consecuencias directas y severas para sus beneficiarios. En diversas delegaciones del país, se han suspendido cirugías programadas y se han reprogramado turnos médicos, priorizando únicamente las urgencias. La escasez de medicamentos esenciales para tratamientos de enfermedades como el VIH, la diabetes y el cáncer ha generado una alarma crítica, sumada a la suspensión de reintegros y el vaciamiento de farmacias en varias provincias.
En medio de este escenario de recortes en prestaciones vitales, documentos internos del organismo han revelado gastos suntuarios que han generado un gran escándalo. Entre las erogaciones polémicas se encuentran:
- 100 medallas protocolares por más de $3,5 millones.
- La reparación de una cafetera por $1,5 millones.
- Vales de combustible por $3 millones.
- Mantenimiento de un compresor por más de $7,6 millones.
Estos gastos contrastan con la desesperada situación financiera y han alimentado las denuncias de una mala gestión de los recursos públicos.
Responsabilidades políticas y conexiones con otros escándalos
La crisis de IOSFA ha puesto el foco en la gestión política del Ministerio de Defensa. Según fuentes cercanas, el ministro Luis Petri, quien se había comprometido a conseguir fondos de emergencia, no logró que estas partidas llegaran a tiempo, lo que agravó el desfinanciamiento del instituto. Además, el caso se vincula con el escándalo de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), donde también se menciona la participación de la droguería Suizo Argentina, uno de los principales proveedores de IOSFA.
Este vínculo sugiere un patrón de irregularidades en las contrataciones del sector. Por su parte, el ministro de Transformación Estatal, Federico Sturzenegger, ha sido criticado por desmantelar las auditorías internas que podrían haber detectado a tiempo las fallas de la gestión. La situación de IOSFA se ha convertido en un claro ejemplo de cómo una mala administración y la priorización de gastos no esenciales sobre la salud pública pueden tener un impacto devastador en la vida de miles de afiliados, comprometiendo la atención médica de quienes sirven al país.