La inflación en alimentos: la carne vacuna subió 1,4% y el pollo 4,4% en julio
Los precios de los alimentos continúan su escalada en Argentina. En julio, la carne vacuna registró un aumento del 1,4%, mientras que el pollo fresco subió 4,4%, lo que agrava el impacto sobre el bolsillo de los consumidores, según un informe del Ipcva.

La inflación en alimentos y bebidas sigue siendo un desafío importante para la economía familiar en Argentina. Durante el mes de julio, el precio de la carne vacuna experimentó un aumento del 1,4% en comparación con el mes anterior, consolidando una suba del 31,2% en los primeros siete meses del año y un impresionante 58,2% en la comparación interanual. Este incremento, aunque moderado en julio, marca una tendencia que se viene observando desde hace tiempo y que impacta directamente en el poder adquisitivo de los consumidores.
Por su parte, el pollo fresco no se quedó atrás y registró una variación más pronunciada, con un aumento del 4,4% en julio. Según el relevamiento del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (Ipcva), este producto avícola acumuló una suba del 25,05% en lo que va del año y del 51,7% en los últimos doce meses. Estos datos reflejan la constante presión inflacionaria sobre los productos de primera necesidad.
Variaciones por tipo de carne y niveles socioeconómicos
El informe del Ipcva también ofrece un desglose detallado de los aumentos. Mientras que la carne de cerdo mostró una variación negativa del -0,4% en julio, el resto de las carnes analizadas continuaron su tendencia al alza. El precio del pechito de cerdo, a pesar de su leve baja mensual, acumula un aumento del 8% en el año.
En cuanto a la carne vacuna, las subas no fueron uniformes. Se observaron diferencias significativas según el nivel socioeconómico de los barrios donde se realizaron las ventas:
- En puntos de venta de barrios de nivel alto, los precios de la carne vacuna variaron un 3%.
- En zonas de ingresos medios, el alza promedio fue del 1,5%.
- En barrios de nivel socioeconómico bajo, la suba fue más moderada, con un 0,3%.
Estas variaciones muestran cómo la inflación afecta de manera diferente a los distintos segmentos de la población, con los precios más altos impactando más en los sectores de mayores ingresos, lo que podría deberse a la oferta de cortes premium o a una menor elasticidad de la demanda en esas zonas.
Los cortes que más y menos subieron
Al analizar las distintas categorías de carne, el precio del novillito mostró una variación mensual del 1,3%, mientras que el novillo subió 1,1% y la vaquillona y ternera 1,06%. En promedio, la categoría de consumo minorista liviana tuvo un aumento del 1,3% en julio.
El estudio también identificó los cortes que más subieron, con la falda a la cabeza (3,1%), seguida por la picada y la carnaza común (2,9%) y el peceto (2,6%). Por otro lado, algunos cortes mostraron un incremento mínimo o incluso una leve caída. La nalga tuvo un alza de apenas 0,18%, y los cortes que disminuyeron sus precios fueron el matambre (-1,5%), el asado de tira (-0,13%) y el cuadril (-0,12%). Estas diferencias de precios entre los distintos cortes reflejan las dinámicas de oferta y demanda dentro del mercado de la carne, con algunos cortes de mayor demanda mostrando un crecimiento sostenido, mientras que otros mantienen su precio o incluso lo reducen.