Preocupación en el sector pyme: la desindustrialización y la caída del consumo profundizan la recesión
Un informe de la ENAC revela que el segundo trimestre de 2024 marcó una nueva recesión para el mercado interno y la industria, con un aumento de despidos, baja rentabilidad y una capacidad instalada utilizada por debajo del 54%. El futuro inmediato no luce alentador para las pequeñas y medianas empresas argentinas.

La economía argentina, y en particular el sector de las pequeñas y medianas empresas (pymes), atraviesa un momento crítico. Un reciente informe de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) encendió las alarmas al señalar que, durante el segundo trimestre de 2024, el mercado interno y la actividad económica «volvieron a entrar en recesión». Esta situación se ve agravada por una profundización del «proceso de desindustrialización» impulsado por las políticas del gobierno de Javier Milei, que mantiene a la actividad fabril operando muy por debajo de su capacidad instalada.
El pulso de las pymes: ventas a la baja y costos al alza
La encuesta, que abarcó a 342 empresarios de dieciséis provincias, ofrece un panorama desolador. ENAC advierte que el gobierno estaría utilizando a la industria como «ancla» para contener los salarios, una estrategia que, según el informe, ha llevado a una caída generalizada de las ventas en todos los sectores, una diferencia notable respecto al primer trimestre del año.
Durante el segundo trimestre, solo el 54,7% de las empresas relevadas reportó «ventas razonables». Sin embargo, esta cifra esconde una realidad dispar: mientras que cinco de cada diez industrias se mostraron conformes con sus ventas, este porcentaje subió al 60% en el sector comercial, aunque los comerciantes reconocieron «retrocesos significativos respecto del inicio del año». La caída promedio de las ventas, en comparación con el primer trimestre, fue del 8,6%, con un desplome aún más pronunciado en el rubro servicios, que sufrió una contracción del 15,5%.
Paralelamente a esta merma en los ingresos, los costos de producción experimentaron un incremento cercano al 19%, triplicando la inflación registrada en el mismo período, que fue del 5,9%. No obstante, las empresas solo pudieron trasladar un 15,6% de este aumento a sus precios, lo que ha derivado en una marcada reducción de los márgenes de ganancia. El informe de ENAC interpreta este ajuste de precios como un «ancla para la inflación, producto de una demanda que no levanta», evidenciando la dificultad de las pymes para operar en un contexto de retracción del consumo.
Rentabilidad en picada y despidos en aumento
La contracción de los márgenes de ganancia ha tenido un impacto directo en la rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas. Durante el segundo trimestre del año, apenas un 28,3% de las pymes encuestadas registró rentabilidad positiva. Las ganancias cayeron un 3% con respecto al período enero-marzo y un preocupante 18% en relación con el último trimestre de 2023. Más de la mitad de las empresas (66%) afirmó haber trabajado sin rentabilidad, y más del 30% confirmó haber producido a pérdida. Un alarmante 7% de las firmas reconoció estar en riesgo de cierre.
El mercado laboral pyme también se vio fuertemente afectado. El informe revela que el 19% de las empresas despidió personal, mientras que solo poco menos del 15% realizó nuevas contrataciones. La perspectiva para el tercer trimestre no es alentadora: el 80% de las unidades productivas aseguró no tener planes de incorporar nuevos trabajadores. Adicionalmente, el 60% de las empresas relevadas tuvo que recurrir a adelantos salariales para sus operarios, una señal de la dificultad de los trabajadores para llegar a fin de mes.
Capacidad ociosa y preocupación por el futuro
La baja demanda ha llevado a que las pymes operen con una significativa capacidad ociosa. Si bien el 49% de las empresas lo hizo en condiciones normales (con más del 60% de su capacidad instalada en funcionamiento), el promedio general de utilización de máquinas y equipos fue del 55,5%, lo que representa una baja del 2% respecto al primer trimestre. Alarmantemente, un 10,2% de las firmas relevadas reportó cifras críticas, operando con el 20% o menos de sus instalaciones.
Otro factor preocupante es el aumento en el incumplimiento de pagos. Cuatro de cada diez empresas reportaron un incremento en la mora durante el segundo trimestre, una cifra superior al 33,6% registrado entre enero y marzo.
De cara al futuro, el pesimismo es palpable entre los empresarios. El informe concluye que el 73% de los encuestados cree que la situación económica empeorará, mientras que solo un 13,6% de las pymes mantiene la confianza en una mejora. La caída del consumo en el mercado interno (observada por casi el 80% de las pymes), la baja rentabilidad (58,6%) y la apertura de importaciones (45%) se perfilan como los principales problemas que aquejan al sector.