Jubilados: Piden emergencia alimentaria y sanitaria ante crisis profunda
La situación de los jubilados en Argentina es crítica. Con haberes que no cubren las necesidades básicas, el defensor de la tercera edad, Eugenio Semino, insiste en la necesidad urgente de declarar la emergencia alimentaria y sanitaria para garantizar la supervivencia de millones de personas mayores.

La voz de alarma resuena con fuerza en Argentina. Eugenio Semino, defensor de la tercera edad, ha trazado un diagnóstico desolador sobre la realidad que enfrentan millones de jubilados y pensionados. La licuación constante de sus haberes, sumada a una inflación galopante, los ha sumergido en una crisis que va más allá de la pérdida de poder adquisitivo: es una cuestión de supervivencia básica. «El deterioro del ingreso del jubilado lo coloca en una situación crítica. Estamos pidiendo la emergencia alimentaria y sanitaria para las personas mayores», advirtió Semino, poniendo el foco en la urgencia de una intervención estatal.
Haberes licuados y pérdida de poder adquisitivo
La denuncia de Semino se basa en cifras contundentes que reflejan la dura realidad económica de los jubilados. Mientras que el reajuste mensual de los haberes fue del 1,5%, la gran mayoría de los beneficiarios –unos seis millones que perciben el bono congelado desde hace casi un año– recibieron un ínfimo 0,8% de aumento real. Esto se traduce en un incremento de apenas 4.000 pesos, una cifra irrisoria que no alcanza siquiera para cubrir gastos mínimos, y que queda muy por debajo de la inflación mensual.
La pérdida de poder adquisitivo es una constante que se arrastra desde hace años, pero que se ha agudizado drásticamente con la llegada de la actual administración. Según datos del INDEC citados por Semino, los jubilados que perciben la mínima han perdido 13 puntos frente a la inflación desde que Javier Milei asumió la presidencia. A lo largo de 2024, la inflación acumulada alcanzó el 118%, mientras que los haberes apenas se incrementaron un 105%. Esta brecha, sumada a la pérdida acumulada desde 2013, dibuja un escenario de empobrecimiento sistemático que golpea directamente a los más vulnerables.
Invierno crítico: Salud y calefacción, un lujo inaccesible
La preocupación de Semino se extiende al ámbito sanitario, especialmente crucial en esta época del año. «Estamos en el momento de mayor morbilidad del año, cuando más se enferma la gente mayor, y con estos ingresos no se puede ni calefaccionar la casa», enfatizó el defensor. En el ámbito de la geriatría, es sabido que las bajas temperaturas aumentan el riesgo de enfermedades, una realidad que hoy enfrentan miles de adultos mayores en Argentina. La imposibilidad de mantener los hogares calefaccionados se suma a la dificultad para acceder a medicamentos, convirtiendo la salud en un lujo inalcanzable para muchos.
El panorama es alarmante: la falta de una alimentación adecuada, la imposibilidad de comprar los fármacos necesarios y la precariedad de las condiciones habitacionales constituyen un cóctel explosivo que pone en riesgo la vida de los jubilados. La situación se agrava al considerar que gran parte de esta población padece enfermedades crónicas que requieren medicación y cuidados constantes.
Un llamado urgente al estado: Garantizar comida, medicamentos y techo
Frente a esta crítica situación, Eugenio Semino es categórico en su reclamo al Estado. Ya no se trata solo de ajustar los ingresos, sino de garantizar las necesidades más básicas para la supervivencia. «El Estado tiene que garantizar comida, medicamentos y techo. Ya no se trata solo de ingresos, sino de supervivencia», sentenció. Este llamado a la acción es un grito desesperado para que las autoridades asuman su responsabilidad ineludible de proteger a un sector de la población que ha dedicado su vida al país.
La emergencia alimentaria y sanitaria para los jubilados no es un capricho, sino una necesidad imperante que busca prevenir una crisis humanitaria mayor. Ignorar esta realidad es darle la espalda a los cimientos de la sociedad y condenar a la vejez a la desidia y el sufrimiento. «Los jubilados no solo sufren, se mueren así. El país no puede seguir dándole la espalda a sus mayores», concluyó Semino, en una clara advertencia sobre las trágicas consecuencias de la inacción.