Consumo de carne vacuna en Argentina: Una tendencia a la baja con matices históricos
El consumo de carne vacuna en Argentina, si bien mostró una leve recuperación en el último semestre al alcanzar los 49 kilos por habitante al año, se mantiene en uno de los niveles más bajos de su historia. Este fenómeno se explica por un cambio cultural y la creciente preferencia por carnes alternativas como pollo y cerdo, más económicas y eficientes de producir.

El productor y consultor ganadero Víctor Tonelli ha puesto en perspectiva la evolución del consumo de carne vacuna en Argentina, un pilar de la identidad gastronómica del país. Aunque el primer semestre de 2025 cerró con un promedio de 49 kilos por habitante por año, lo que representa una mejora respecto a los 44 kilos del año anterior, esta cifra está muy lejos de los 82 kilos que se consumían seis décadas atrás. Esto confirma que, a pesar de la ligera recuperación, el consumo de carne vacuna sigue en mínimos históricos.
Factores clave en la disminución del consumo vacuno
Tonelli subrayó que esta transformación responde a un cambio cultural profundo y, fundamentalmente, al precio. «Hoy se consume más carne en total, pero menos carne vacuna», explicó en diálogo con Rivadavia AM 630. La preferencia de los argentinos se ha volcado hacia otras opciones: «Entre pollo y cerdo, pasamos de 12 a 65 kilos por habitante por año. Eso explica el desplazamiento del vacuno, que además es más caro y menos eficiente de producir». Esta dinámica demuestra una adaptación de los hábitos de consumo a la realidad económica y productiva del país.
Ante los rumores sobre la supuesta venta de carne vacuna brasileña en carnicerías argentinas, Tonelli fue categórico: «Eso es mentira. No entra un solo kilo de carne con hueso desde Brasil». Aclaró que lo que sí se importa, de manera histórica y por su precio competitivo, es bondiola de cerdo brasileña, desmintiendo así mitos sobre una «invasión» de carne vacuna extranjera.
Exportaciones e importaciones: Despejando inquietudes
En cuanto a las exportaciones, el consultor afirmó que Argentina exporta menos que en épocas anteriores, pero que se observa una recuperación progresiva. El principal obstáculo, según Tonelli, fue la restricción casi total de las exportaciones hasta hace aproximadamente un año y medio, situación que fue aprovechada por competidores como Paraguay y Brasil para ganar cuota de mercado.
Finalmente, Tonelli relativizó el impacto de las importaciones de carne vacuna, que a menudo generan debate. Si bien «se diga que se cuadruplicaron las importaciones de carne vacuna, eso representa apenas el 0,05% del consumo interno. No tiene ningún impacto real», concluyó.
El mensaje de Víctor Tonelli es claro: la disminución del consumo de carne vacuna responde a razones estructurales y culturales, y no a factores externos o modas pasajeras. Argentina, el país del asado, está adaptando sus hábitos alimenticios, con un paladar cada vez más diverso y abierto a otras opciones cárnicas.