Ola polar en el AMBA: se espera una mínima de 3 grados para el lunes

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha emitido una advertencia por una inminente ola de frío polar que afectará a la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores a partir del próximo lunes. Las temperaturas descenderán drásticamente, con mínimas que rozarán los 3 grados y máximas que no superarán los 11.

El invierno se impone: ola polar en el Área Metropolitana de Buenos Aires

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no trae las mejores noticias para quienes sufren el frío: la semana entrante se anticipa como un período de bajas temperaturas extremas en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. La llegada de una nueva ola polar, característica del invierno que ya se instaló plenamente, promete condiciones climáticas gélidas a partir del próximo lunes, 24 de junio.

Temperaturas bajo cero y doble abrigo: el pronóstico para la semana

El inicio de la semana se presentará con un frío intenso. Para el lunes 24 de junio, se espera una temperatura mínima de apenas 3 grados centígrados, mientras que la máxima no superará los 11 grados. Estas condiciones obligarán a los residentes del AMBA a extremar precauciones y abrigarse adecuadamente.

El martes 25 de junio mantendrá un patrón similar. A pesar de un cielo despejado, las temperaturas oscilarán entre los 3 y 14 grados, con la posibilidad de que la mínima descienda aún más. El miércoles 26 de junio, la mínima se ubicará en 6 grados, y el jueves 27 de junio será de 5 grados, con el agregado de que el viento soplará desde el sur, intensificando la sensación térmica de frío.

¿Qué es una ola de frío polar y por qué ocurre?

Una ola de frío polar es un fenómeno meteorológico caracterizado por un periodo de temperaturas excepcionalmente bajas. Este evento se produce por la invasión de masas de aire frío que provienen directamente de las regiones polares. Para ser clasificada como tal en Argentina, según el SMN, las bajas temperaturas deben mantenerse durante al menos tres días consecutivos, aunque la Organización Meteorológica Mundial establece un mínimo de dos días.

Sus principales características incluyen:

  • Temperaturas muy bajas: Tanto las máximas como las mínimas descienden significativamente, situándose muy por debajo de los valores normales para la época del año en una localidad determinada.
  • Persistencia: La duración prolongada de estas bajas temperaturas es clave para definir una ola de frío.
  • Heladas generalizadas: La ocurrencia de heladas es común debido al descenso extremo de las temperaturas.
  • Formación de hielo: En ciertos casos, puede llevar a la formación de hielo en diversas superficies.
  • Origen del aire: El aire frío se origina en las zonas polares, inherentemente muy frías.

¿Cómo se forma una ola de frío polar?

La formación de una ola de frío polar obedece a una combinación de factores atmosféricos:

  1. Masa de aire polar: Una gran masa de aire muy frío se desprende de las regiones polares (Ártico en el hemisferio norte o Antártico en el hemisferio sur) y comienza a desplazarse hacia latitudes más bajas.
  2. Patrones de circulación atmosférica: Este desplazamiento se debe a cambios en los patrones de circulación atmosférica. Alteraciones en la corriente en chorro o la influencia de sistemas de alta presión en las regiones frías pueden actuar como «bloqueos» o «impulsores» que facilitan el avance del aire frío.
  3. Inyección de aire frío: Cuando no existen sistemas que impidan su paso, el aire frío se «cuela» con facilidad, reemplazando al aire más cálido presente en la zona.
  4. Inclinación del planeta: Durante la estación invernal, la inclinación del eje de la Tierra provoca que los rayos solares lleguen con menor intensidad a las latitudes medias y altas. Esto contribuye a que el aire frío se mantenga y no se caliente rápidamente.
  5. Vientos: Frecuentemente, el avance de estas masas de aire frío está acompañado de vientos intensos, lo que acentúa la sensación térmica de frío en las áreas afectadas.

Es fundamental comprender que la definición de «temperaturas muy bajas» es relativa a cada región geográfica. Lo que en una zona templada como Argentina se considera una ola de frío, podría ser una temperatura normal en una localidad más cercana a los polos.

Estas olas de frío pueden generar impactos significativos en la salud de la población, especialmente en grupos de riesgo, así como en la infraestructura y la actividad económica. Ante estas previsiones, las autoridades suelen emitir alertas y recomendaciones a la población para mitigar sus efectos.