La UIA advierte sobre mayor recesión industrial y la salida del 11% de las empresas exportadoras

La industria argentina en zona de recesión: costos elevados y pérdida de competitividad exportadora

El Monitor de Desempeño Industrial (Índice MDI), elaborado por la Unión Industrial Argentina (UIA), que sirve como un indicador anticipado del ciclo de actividad industrial, se mantiene firmemente en zona de recesión. Los resultados de su última encuesta, basada en un relevamiento a más de 600 empresas, muestran un claro predominio de números negativos en las principales variables que analizan la actividad fabril en el país.

Por segunda vez consecutiva, los costos de producción se consolidaron como la principal preocupación para las empresas. En cuanto a las expectativas, aunque se mantienen positivas en el ámbito empresarial, sectorial y nacional, su moderación es notoria, lo que sugiere una cautela creciente en el sector.

Uno de los indicadores más preocupantes que destacó la propia UIA es la cantidad de empresas que han dejado de exportar este año. Un significativo 11,4% de las empresas que antes participaban en el comercio exterior cesaron sus exportaciones durante la primera mitad del año. Esta drástica decisión se atribuye principalmente a problemas de competitividad y altos costos, así como a la apreciación del peso frente al dólar, lo que encarece los productos argentinos en el mercado internacional. Esta pérdida de competitividad ya se ha empezado a reflejar en la balanza comercial, con una caída del 7,4% en las exportaciones de mayo, la primera registrada por el INDEC.

Las ventas de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) cayeron un 2% en cantidad en mayo. Esta disminución se produjo a pesar de un notable crecimiento en las exportaciones de la industria automotriz, que despachó 26.346 vehículos en mayo, un aumento del 16,4% respecto a abril y un 14,7% más en comparación con mayo de 2024. Este dato sugiere que la caída se concentró fuertemente en las pequeñas y medianas industrias (PyMEs), que son más sensibles a la competitividad general de la economía, especialmente al tipo de cambio y a los costos de producción como los servicios públicos o el acceso a financiamiento con tasas promocionales.

Producción, ventas internas y empleo: un panorama de contracción

La segunda encuesta del año realizada por el Centro de Estudios de la UIA (CEU) reveló cifras que profundizan la preocupación:

• Producción: El 33% de las empresas encuestadas reconoció una retracción en su producción en comparación con el promedio del primer trimestre del año. Este porcentaje supera significativamente al 26,1% que reportó un incremento. El índice de difusión, que mide la diferencia entre los sectores con subas y caídas, se ubicó en -6,9 puntos porcentuales, retomando valores negativos después de una breve señal de recuperación en octubre de 2024.
• Ventas internas: La caída de la producción se correlaciona directamente con una disminución en las ventas para el consumo interno. El 41,3% de las empresas indicó una caída en sus ventas internas, mientras que solo el 24,9% reportó aumentos. Aunque predominaron las respuestas negativas, la UIA destacó que la brecha entre ambos grupos se redujo en comparación con el relevamiento anterior, lo que podría indicar una desaceleración en el ritmo de la caída.
• Empleo industrial: El panorama laboral también es preocupante. En abril, el 20,1% de las empresas realizó recortes de personal, superando al 14,8% que incorporó empleados. Según el CEU, esto está en línea con los números de empleo registrado de marzo, que mostraron una pérdida neta de 4.162 asalariados (-0,4% versus febrero), la más significativa desde mayo de 2024. Este descenso ha llevado el nivel de empleo industrial a su punto más bajo en más de dos años.

Razones detrás del cese de exportaciones y la crisis de pagos

En el ámbito de las exportaciones, el 31,1% de las empresas registró caídas, y solo el 15,2% experimentó subas. Sin embargo, el dato más sobresaliente es el ya mencionado 11,4% que dejó de exportar. De estas, el 57,8% lo atribuyó directamente a la pérdida de competitividad por el aumento de los costos, mientras que el 31,3% lo relacionó con la política oficial de apreciar el peso para utilizar al dólar como un ancla en el proceso de reducción de la inflación.

Este complejo panorama ha derivado en un aumento significativo de las empresas que manifiestan dificultades para afrontar sus compromisos financieros. El 43,8% de las empresas reportó dificultades para cubrir al menos uno de los siguientes pagos: salarios, proveedores, compromisos financieros, tarifas de servicios públicos o impuestos.