Desempleo en Argentina alcanza el 7,9%: ¿qué implica el mayor índice en la era Milei?

Más de 315 mil argentinos perdieron su trabajo en el primer trimestre de 2025, elevando la tasa de desempleo a su nivel más alto desde el inicio de la actual administración. El Gran Buenos Aires es la región más afectada, con una desocupación del 9,7%, mientras la informalidad laboral se consolida como un problema estructural que impacta a más de un tercio de los trabajadores.

El mercado laboral argentino exhibe señales preocupantes. Según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) para el primer trimestre de 2025, la tasa de desempleo se disparó al 7,9%. Este incremento de 1,5 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior y de 0,2 puntos en la comparación interanual, representa el valor más elevado desde que Javier Milei asumió la presidencia, desoyendo las proyecciones oficiales y privadas que anticipaban una desocupación cercana al 7%.

La cifra es aún más impactante al considerar que, en el mismo período, la economía habría experimentado un crecimiento superior al 6%. Este desajuste entre la actividad económica y la generación de empleo se traduce en la pérdida de 315 mil puestos de trabajo, un número que subraya la fragilidad del entramado laboral y sus consecuencias directas en la vida de cientos de miles de familias.

Un panorama de precariedad y desocupación

El análisis de la Población Económicamente Activa (PEA), que asciende a 21 millones de personas, revela que aproximadamente 3,8 millones de argentinos enfrentan serios problemas en el ámbito laboral. De este total, 1,7 millones se encuentran desocupados, es decir, sin trabajo y en búsqueda activa de uno. A ellos se suman 2,1 millones de personas que, si bien tienen una ocupación, trabajan menos de 35 horas semanales y manifiestan su disponibilidad para hacerlo a tiempo completo, lo que las sitúa en una situación de subocupación demandante.

La informalidad laboral agrava el escenario, afectando al 36,3% de los ocupados. Esto significa que más de un tercio de los trabajadores carece de empleo registrado, lo que implica la ausencia de beneficios sociales, jubilación y estabilidad laboral, un deterioro de 0,6 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Esta realidad expone la vulnerabilidad de un segmento significativo de la fuerza laboral, que opera al margen de la protección legal y social.

Gran Buenos Aires: epicentro del desempleo

El Indec también desagrega los datos por regiones, mostrando una disparidad significativa en la distribución del desempleo. El Gran Buenos Aires (GBA) emerge como la zona más golpeada, registrando una tasa del 9,7%. Le siguen de cerca Santa Rosa, con un 9,5%; Córdoba, con un 9,2%; y Resistencia, con un 8,9%. Estas cifras contrastan fuertemente con las de otras ciudades que muestran indicadores próximos al pleno empleo, como Viedma (0,8%), Santiago del Estero (1%) y Comodoro Rivadavia (1,3%).

La concentración del desempleo en el GBA, la principal conurbación del país, sugiere que las dinámicas económicas y sociales que impulsan la desocupación tienen un impacto más agudo en las áreas de mayor densidad poblacional y actividad económica, posiblemente debido a la caída de la demanda interna y la contracción de ciertos sectores productivos.

Desafíos y perspectivas ante la crisis laboral

El aumento del desempleo y la persistencia de la informalidad plantean desafíos urgentes para las políticas públicas. La recuperación económica, aunque incipiente en algunos sectores, no se está traduciendo en una mejora de las condiciones del mercado de trabajo. La pérdida de 315 mil empleos en un trimestre, en un contexto de aparente crecimiento, resalta la necesidad de implementar estrategias que promuevan la creación de puestos de trabajo de calidad y reduzcan la precariedad laboral.

La situación actual exige un análisis profundo de las causas estructurales del desempleo, que van más allá de las fluctuaciones coyunturales. Factores como la rigidez del mercado laboral, la falta de inversión productiva y la escasa capacitación de los trabajadores para las nuevas demandas tecnológicas son elementos a considerar. Abordar estos problemas de manera integral será crucial para revertir la tendencia actual y sentar las bases de un mercado laboral más inclusivo y dinámico en Argentina.