Detienen a cura de Quilmes por múltiples abusos sexuales a menores: se negó a declarar

Franco Lutens, de 62 años, fue formalmente detenido en Quilmes, acusado de múltiples abusos sexuales a menores. El sacerdote, apartado de sus funciones hace un año, se negó a declarar tras las graves denuncias de al menos tres víctimas.

La comunidad de Quilmes se encuentra conmocionada tras la detención del sacerdote Franco Lutens, de 62 años, acusado de graves delitos de abuso sexual contra menores. La orden de detención se hizo efectiva en las últimas horas en una vivienda de Ranelagh, tras un allanamiento que culminó una investigación iniciada a raíz de las denuncias presentadas el año pasado por al menos tres jóvenes que relataron haber sido víctimas desde su adolescencia.

Hace aproximadamente un año, el Obispo de Quilmes había dispuesto el apartamiento de las funciones del sacerdote Lutens de la iglesia María Virgen Madre del Pueblo de Berazategui, a raíz de que las denuncias de abuso sexual salieron a la luz. Desde entonces, el cura había sido trasladado a la vivienda donde finalmente quedó detenido. La imputación formal que pesa sobre él incluye los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado, y abuso sexual con acceso carnal en concurso real reiterados, agravado por haber sido cometido por ministro de culto.

La investigación detalla un patrón de abuso y vulnerabilidad

La investigación, a cargo de la fiscal Bárbara Velasco, determinó que las tres víctimas —dos hombres y una mujer— fueron atacadas sexualmente por el cura cuando eran adolescentes. Estos abusos, según las denuncias, se extendieron entre tres y cuatro años para cada uno de ellos. La pesquisa pudo establecer que los ataques se iniciaron dentro del templo donde el párroco ejercía sus funciones y, posteriormente, se trasladaban a distintos espacios que Lutens compartía ocasionalmente con las víctimas.

Los investigadores explicaron que el sacerdote habría aprovechado su rol como figura de autoridad eclesiástica y la cercanía, ya que en algunos casos era considerado “como un familiar” por sus víctimas. De esta manera, habría cometido los abusos explotando el estado de vulnerabilidad de los jóvenes y su condición de consejero pastoral.

Las tres víctimas que denunciaron al sacerdote están siendo acompañadas por la ONG Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina. Desde la organización, se incorporaron a la denuncia varias amenazas que los denunciantes habrían recibido desde perfiles falsos en redes sociales. Sin embargo, a pesar de estas intimidaciones, las víctimas del cura Lutens no cuentan con protección policial ni judicial. Además, la ONG señaló que “existen más víctimas” y aseguró que el párroco estudió psicología, lo que presuntamente le “ayudaba para sus abusos y le brindaba herramientas que utilizaba para perfeccionar su modus operandi”. Destacaron que recién ahora, con la causa adquiriendo mayor visibilidad, las víctimas “sienten algo de alivio”.

Declaraciones de las víctimas y la postura del Obispado

En sus declaraciones, una de las víctimas relató haber sido atacada durante tres años, desde los 16, cuando ejercía como monaguillo de la iglesia. Otra víctima denunció haber sufrido abusos por más de una década, no solo en lugares vinculados a la iglesia donde Lutens ejercía, sino también en diversas viviendas donde el cura se hospedaba. La tercera víctima contó que los abusos se prolongaron por más de cuatro años, comenzando cuando tenía 14. En este último caso, se investiga si un familiar de la víctima pudo haber consentido esos ataques sexuales, lo que añade otra capa de complejidad al caso.

Por su parte, en un breve comunicado, el Obispo de Quilmes, Carlos Tissera, lamentó profundamente el sufrimiento de las personas afectadas y puso a disposición el Equipo Diocesano para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables para acompañarlas, junto con sus familias. Desde el Obispado, también destacaron que hace más de un año apartaron del cargo al sacerdote denunciado y lo instalaron en la vivienda de la localidad de Ranelagh donde finalmente fue detenido.

Franco Lutens se negó a declarar ante la justicia, y su defensa está a cargo de un defensor oficial. Este caso reabre el debate sobre la protección de menores en instituciones religiosas y la necesidad de mecanismos efectivos de denuncia y acompañamiento a las víctimas.