Crisis laboral se agudiza: despidos en Kimberly-Clark y conflicto en Georgalos

La multinacional Kimberly-Clark despidió a 220 trabajadores tras cerrar su planta en Pilar, mientras Georgalos enfrenta un conflicto gremial por recortes. Ambos casos reflejan el deterioro del empleo industrial en Argentina.

La situación laboral en Argentina experimentó un fuerte cimbronazo este fin de semana con dos focos de conflicto que encendieron las alarmas en el sector industrial. Por un lado, la multinacional de capitales estadounidenses Kimberly-Clark anunció el cierre sorpresivo de su planta en Pilar, dejando a 220 trabajadores en la calle. Paralelamente, la histórica compañía alimenticia Georgalos lidia con despidos y la supresión de bonos por productividad, lo que ha derivado en una paralización de actividades y la intervención sindical.

El caso de Kimberly-Clark, propietaria de marcas de gran consumo como Huggies, Kleenex y Scott, generó una profunda conmoción por la intempestiva manera en que se ejecutó la medida. La empresa comunicó el cierre inmediato de su planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar, dedicada a la producción de toallitas húmedas y protectores diarios. La peor parte recayó sobre los 220 operarios, quienes recibieron los telegramas de despido sin previo aviso, en un contexto en el que la empresa les había informado, falsamente, que se trataba de una simple parada técnica por mantenimiento.

Según denuncias del Sindicato de Papeleros, la llegada de los telegramas de despido se inició el sábado. Para el domingo a la madrugada, la oficialización del cierre de la planta se produjo durante una asamblea gremial convocada para evaluar posibles medidas de acción. El sindicato no descartó la realización de movilizaciones a lo largo de esta semana y expresó su preocupación ante la dificultad de revertir decisiones tomadas por grandes multinacionales. La compañía justificó la medida como parte de un proceso de reestructuración interna que implicará la centralización de toda su producción nacional en la planta de San Luis. En esta última, Kimberly-Clark proyecta invertir 15 millones de dólares en los próximos 18 meses, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de la producción en Argentina.

Georgalos: despidos y ajuste en la industria alimenticia

De forma simultánea, la compañía Georgalos, reconocida por marcas icónicas como Mantecol y Toddy, enfrenta un conflicto gremial en su planta de San Fernando. La situación escaló tras el despido de cinco trabajadores y la suspensión del bono por productividad, lo que provocó la inmediata intervención del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA) y una paralización de las actividades.

Desde el gremio, denuncian que los despidos constituyen una represalia directa por reclamos laborales previos y señalan una marcada disparidad en el pago de bonos entre las distintas plantas de la compañía. El STIA ya formalizó una denuncia ante el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires y advirtió que, de no producirse avances significativos en las negociaciones, el conflicto podría intensificarse en las próximas semanas.

La tensión en Georgalos se produce en un momento particular para la compañía, que se encuentra en la búsqueda activa de inversores con el objetivo de recaudar hasta 100 millones de dólares para financiar su expansión en América Latina. Sin embargo, este conflicto gremial en su operación local pone en jaque la viabilidad de estos planes de crecimiento en el corto plazo, al impactar negativamente en la estabilidad y previsibilidad de sus operaciones.

Síntoma de una crisis más amplia

Estos dos casos, aunque particulares en sus detalles, no son hechos aislados y se inscriben en una preocupante tendencia de ajuste en el sector industrial argentino. En lo que va del año, otras empresas de peso como Molinos Río de la Plata, SanCor, Tía Maruca y Verónica también han sido escenario de conflictos laborales de diversa índole, marcando una creciente ola de despidos, suspensiones y recortes en beneficios para los trabajadores.

La escalada de estas medidas refleja un contexto económico adverso, donde la sostenida caída del consumo interno, el encarecimiento del crédito y la persistente incertidumbre macroeconómica están impactando de manera directa en el empleo. Los sindicatos de distintos rubros han manifestado su profunda preocupación, advirtiendo que el panorama podría agravarse aún más si no se implementan políticas urgentes y concretas destinadas a la protección del trabajo y a la reactivación productiva del país. La crisis laboral industrial se presenta como un desafío crítico que demanda atención inmediata.