El crisis económica en la argentina: el 76% ya no sale a comer afuera

El impacto del ajuste económico en Argentina se siente con fuerza en todos los ámbitos, y uno de los más afectados es el gastronómico. Un contundente 76% de los argentinos dejó de salir a comer en restaurantes, bares y cafeterías en el último año, según revela una encuesta de Kantar. Esta cifra, que se agudizó en las últimas semanas, refleja la pérdida de poder adquisitivo y la redefinición de los hábitos de consumo de las familias.

Fernando Umar, presidente de la Asociación de Gastronomía Argentina, advierte que la baja de comensales ronda entre el 20% y el 25%, con un costo promedio por persona de $30.000 para salir a comer. Ante este panorama, los argentinos optan por cocinar en casa, impulsando al sector a reinventarse con deliverys y take aways para subsistir.

El ajuste económico y la mesa vacía: Un reflejo de la realidad argentina

El «efecto motosierra», término que popularizó la gestión de Javier Milei, ha tenido un impacto directo en el bolsillo de los argentinos, y las salidas a comer fuera de casa son una de las primeras actividades en sufrir el recorte. La encuesta de Kantar no deja lugar a dudas: el 76% de los argentinos ha reducido drásticamente, o directamente eliminado, la frecuencia con la que visitan restaurantes, bares y cafeterías en el último año.

Esta retracción es aún más pronunciada en el nivel socioeconómico D1/D2, donde el 85% de los encuestados manifestó haber disminuido estas salidas. Fernando Umar, presidente de la Asociación de Gastronomía Argentina, lo confirma con datos alarmantes: la baja de comensales en el sector gastronómico oscila entre el 20% y el 25% en las últimas semanas. La razón es contundente: salir a comer hoy cuesta, en promedio, un mínimo de $30.000 por persona, una cifra inalcanzable para la mayoría en el contexto económico actual.

La pandemia ya había impulsado a muchos a «cocinar en casa, a descubrir que podían hacerlo y que era más económico», explica Umar. Ahora, la crisis económica acentúa esta tendencia, obligando al sector a sobrevivir entre deliverys, take aways y, lamentablemente, muchas mesas vacías.

Hábitos cambiantes: Quiénes siguen saliendo y dónde

A pesar del panorama desolador, un 42% de los argentinos aún puede permitirse el gusto de salir a comer afuera, aunque con menor frecuencia. Este segmento, si bien reducido, sigue mostrando preferencias claras. La mayoría se inclina por los restaurantes casuales (61%), seguidos por los establecimientos de comida rápida (38%) y las cafeterías (29%).

Luciana Dellisanti, Client Lead de KANTAR división Insights Argentina, profundiza en los motivos detrás de estas salidas. Para el 66% de los encuestados, el principal impulsor es la sociabilización, es decir, el encuentro con amigos y familiares. En segundo término, con un 33%, se ubican las celebraciones, un motivo que se acentúa aún más en el segmento de 35 a 49 años, llegando al 44%.

La encuesta de Kantar, realizada a nivel nacional en marzo, también reveló una polarización generacional en las preferencias. Los mayores de 65 años (70%) eligen mayormente los «restaurantes casuales», mientras que los jóvenes de 18 a 34 años (48%) prefieren los lugares de «comida rápida». Las cafeterías, por su parte, son la opción favorita del 41% de los jóvenes entre 18 y 24 años.

Los desmotivadores: Precios altos, tiempos de espera y malas experiencias

Más allá del deseo de sociabilizar o celebrar, existen factores que desalientan considerablemente las salidas a comer. El principal, como era de esperarse, son los precios altos, mencionados por el 74% de los encuestados. Sin embargo, no es el único.

El «tiempo de espera» es la segunda variable que desmotiva, con la que coincide el 41% de los encuestados. Este factor es especialmente relevante para el segmento de 25 a 34 años, donde alcanza un 50% de rechazo, explicando en parte su mayor preferencia por los locales de comida rápida, donde la inmediatez es clave.

Finalmente, las «malas experiencias» constituyen el tercer factor desmotivador, destacándose entre los más jóvenes (18 a 24 años). Esto subraya la importancia que tiene para el sector gastronómico generar una experiencia positiva y memorable en cada visita, especialmente en un contexto donde cada cliente cuenta y cada salida se valora más.