Más de un millón de pesos: lo que una familia tipo necesita para no ser pobre en Argentina

Para abril de 2024, una familia tipo en Argentina necesitó ingresos superiores a $1.100.000 para no caer en la pobreza. Este dato, basado en el último informe del INDEC sobre la Canasta Básica Total (CBT), refuta directamente el argumento utilizado por algunos sectores del oficialismo, incluida la diputada Juliana Santillán, para desestimar los reclamos salariales de los médicos residentes del Hospital Garrahan.

La Canasta Básica Total y la polémica de los residentes del Garrahan

La Canasta Básica Total (CBT) es el indicador que marca la línea de pobreza. Para abril, su valor para una familia tipo superó los $1.100.000. En el caso de un adulto, la CBT se ubicó en $359.243, cifra que también representa el ingreso mínimo para no ser considerado indigente. Es decir, una persona necesita casi $360.000 mensuales solo para cubrir sus necesidades básicas de alimentación y algunos servicios esenciales. Esto implica que un adulto requiere alrededor de $12.000 diarios para subsistir.

La controversia escaló cuando la diputada libertaria Juliana Santillán citó el valor de la CBT para descalificar los pedidos de recomposición salarial de los médicos residentes del Garrahan, tildándolos de «reclamo político». Sin embargo, es crucial entender que la CBT, si bien incluye alimentos y algunos bienes y servicios básicos, no contempla gastos fundamentales como el alquiler y mantenimiento de una vivienda, lo cual subraya la insuficiencia de un sueldo cercano a esos valores para una vida digna, especialmente para profesionales que requieren una formación y responsabilidades significativas.

Un indicador desactualizado en un contexto de inflación

El informe del INDEC también revela que el valor de la CBT aumentó un 34% en el último año. Esta cifra resalta el impacto de la inflación en el poder adquisitivo de las familias.

Además, el texto pone de manifiesto una deficiencia en la metodología de medición: los cálculos actuales de las canastas básicas se realizan con bases de consumo que tienen 20 años de antigüedad. Esto significa que no reflejan los hábitos de consumo ni los costos de vida actuales de la población argentina, lo que genera una distorsión en la percepción real de las necesidades económicas de los hogares.

Mientras el INDEC tiene pendiente la implementación de nuevas canastas que permitan una medición más precisa de la inflación y el costo de los bienes y servicios esenciales, los datos actuales ya evidencian la enorme dificultad que enfrentan las familias para superar la barrera de la pobreza en un contexto económico desafiante.