Precios por las nubes: Argentina entre los países más caros del mundo

Un reciente informe de la Fundación Mediterránea revela que Argentina presenta precios significativamente más altos en comparación con gran parte del mundo, especialmente en bienes durables y alimentos, lo que genera preocupación en un contexto de inflación persistente y pérdida del poder adquisitivo. La comparativa subraya la complejidad de la estructura económica local, marcada por una alta protección comercial e impuestos internos elevados.

Alimentos y bebidas: La mesa Argentina, costosa en el mundo

En el centro del debate público sobre el costo de vida, impulsado incluso por figuras como el actor Ricardo Darín, el informe de la Fundación Mediterránea pone en evidencia que los alimentos y bebidas en Argentina son, en promedio, un 48% más caros que en una muestra de otros nueve países.

La situación es particularmente notoria al comparar con naciones de la región. Brasil ofrece precios más bajos en todos los productos cotejados. Frente a Chile y México, Argentina tiene un 60% de bienes más caros, y esta brecha se amplía a un 80% frente a economías como Polonia y China.

Paradójicamente, en comparación con países desarrollados como Estados Unidos, Francia y Corea, Argentina resulta más económica, ya que estos exhiben entre el 80% y el 100% de los precios más caros. Desde la Fundación Mediterránea, se explicó que, si bien se esperaban precios de alimentos relativamente bajos en Argentina —dada su elevada productividad agropecuaria y la existencia de altos derechos de exportación (DEX) que reducen los precios internos—, la realidad es diferente. Los DEX, que gravan las exportaciones o los insumos para productos de exportación, deberían en teoría abaratar los alimentos en el mercado local, pero otros factores parecen neutralizar este efecto.

Bienes durables: Un lujo argentino

El segmento de los bienes durables es donde la diferencia de precios es más marcada. El estudio indica que el 91% de los productos relevados en esta categoría son más caros en Argentina. Esto incluye una amplia gama de artículos como automóviles, motocicletas, bicicletas, electrónicos del hogar, indumentaria y calzado.

La principal causa de esta distorsión de precios, según el reporte, radica en la elevada protección comercial y los altos impuestos internos. La protección comercial se manifiesta a través de los aranceles de importación (DIM) y las restricciones cuantitativas que limitan el ingreso de bienes al país, encareciendo los productos importados y reduciendo la competencia para la producción local.

En cuanto a los impuestos internos, se destaca el peso del IVA nacional, Ingresos Brutos (provinciales y municipales), así como impuestos internos específicos que gravan selectivamente algunos bienes, y el efecto del impuesto a los débitos y créditos bancarios. La combinación de estos factores impositivos incrementa sustancialmente el costo final para el consumidor. Cuatro productos específicos fueron señalados como significativamente más caros en Argentina en comparación con la totalidad de los países analizados: televisores, freidoras, vestidos y zapatillas.

Servicios: Algunas excepciones, pero también preocupaciones

En el rubro de los servicios, la situación es más mixta, aunque Argentina sigue siendo más cara en el 36% de los casos comparados. La diferencia es notable frente a Brasil, donde los servicios argentinos son superiores en precio en un 80% de los casos. Con México, la brecha es del 50%, y con Chile, del 40%. Como era de esperar, en países desarrollados, los servicios tienden a ser más caros que en Argentina.

El informe detalla que Argentina resulta relativamente cara en servicios como una comida en restaurante o un plan de telefonía móvil. En contraste, se encuentra entre los más económicos en expensas y servicios de departamentos, cuotas de gimnasio y preescolares, y el boleto de transporte urbano de pasajeros.

Los resultados, según la Fundación Mediterránea, son coherentes con las expectativas teóricas de que los bienes y servicios no transables (aquellos que no se comercializan internacionalmente) tienden a ser más costosos en países desarrollados. Sin embargo, la persistencia de Argentina como «relativamente cara» frente a vecinos como Brasil, y en menor medida Chile y México, en algunos servicios, sugiere que hay factores internos que elevan los costos más allá de lo esperable para una economía en desarrollo.