Esclerosis Múltiple: el diagnóstico temprano, clave para una vida plena

En el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, se subraya la importancia de la detección precoz para mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes y permitirles enfrentar las barreras físicas, emocionales y socioeconómicas de la enfermedad.

Cada 30 de mayo, el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple (EM) busca concientizar y difundir información crucial sobre esta patología. La campaña global de este año, bajo el lema “Mi diagnóstico de Esclerosis Múltiple”, pone el foco en la necesidad de un diagnóstico rápido y preciso, fundamental para optimizar el pronóstico y la calidad de vida de quienes la padecen.

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que ataca el sistema nervioso central. En este proceso, la inflamación daña la vaina de mielina, una cubierta protectora de las neuronas, lo que interrumpe o ralentiza los impulsos nerviosos. Esta afectación se traduce en una amplia gama de síntomas, que van desde la pérdida de funciones físicas hasta problemas cognitivos.

Según el doctor Pablo A. López, neurólogo del Hospital Alemán y especialista en Neuroinmunología, los síntomas de la EM varían en cada persona y fase de la enfermedad. Sin embargo, algunos son más recurrentes: fatiga intensa, problemas de visión (borrosa o doble), debilidad muscular, dificultades de coordinación y equilibrio, entumecimiento u hormigueo, problemas de memoria y concentración, y cambios de humor. El especialista enfatiza que “la educación sobre los síntomas iniciales, tanto en la comunidad médica como en la población general, son fundamentales para alcanzar una alta sospecha clínica y lograr el diagnóstico temprano”.

Impacto y prevalencia en Argentina

La esclerosis múltiple se diagnostica con mayor frecuencia entre los 20 y 40 años, convirtiéndose en la primera causa de discapacidad física no traumática en adultos jóvenes. A nivel global, afecta a aproximadamente 2,9 millones de personas. En Argentina, se estima que entre 17.000 y 18.000 personas viven con esta afección, que se presenta con mayor prevalencia en mujeres, en una relación de tres por cada varón.

El doctor López destaca que “recibir un diagnóstico certero y temprano no solo permite iniciar el tratamiento adecuado, sino que también brinda claridad, reduce la incertidumbre y facilita el acceso a recursos, apoyos y contención”. Añade que “un paciente tratado resultará en mejor pronóstico, menor discapacidad, mayor autonomía y, en consecuencia, mejor calidad de vida”.

Avances terapéuticos y el rol de la decisión compartida

Aunque la EM fue descrita por primera vez en 1868 por Jean Martin Charcot, el primer tratamiento específico no se aprobó hasta 1993. Desde entonces, han surgido numerosas opciones terapéuticas con diferentes perfiles de eficacia y seguridad. Actualmente, existen tratamientos que controlan el componente inflamatorio de la enfermedad, mejorando notablemente la calidad de vida de los pacientes. Quienes son diagnosticados y tratados oportunamente pueden llevar una vida socialmente plena, gestionando mejor las barreras que impone la enfermedad en aspectos físicos, emocionales, laborales, económicos y familiares.

El neurólogo subraya la importancia de la “toma de decisión compartida” entre el paciente y su equipo médico. Este proceso no solo considera la evidencia médica, sino también los valores, preferencias y estilo de vida de cada individuo. “De esta manera, se fortalecen el compromiso, la confianza y la continuidad del cuidado”, explica López. “Para que un tratamiento sea efectivo, este debe poder cumplirse en forma adecuada y a largo plazo. Decidir juntos no solo mejora la adherencia, también mejora la calidad de vida al adecuarse a las características del paciente como un todo”.

El testimonio de Jessica: «La medicación adecuada me cambió la vida»

Jessica, diagnosticada con esclerosis múltiple hace 16 años, relata su experiencia: “En mi caso, empecé con mareos, visión borrosa, visión doble y parálisis en la mitad de la cara, que se despertaron tras el nacimiento de mi segundo hijo”. Para ella, “recibir la medicación adecuada es súper importante, a mí me cambió la vida”. Hubo un tiempo en el que no lograba dar con el tratamiento correcto, lo que la mantuvo “en cama prácticamente un año”.

En la actualidad, gracias a un tratamiento adecuado, Jessica puede llevar una vida activa: “Yo trabajo, entreno pilates, estudio inglés y disfruto mis momentos de ocio. Yo vivo con esclerosis múltiple, pero la esclerosis múltiple no vive conmigo”. Ella también destaca el papel crucial del entorno: “Desde el buen vínculo con el médico tratante, hasta la familia que acompaña en todo el proceso. Ellos están siempre para mí, pero lo fundamental es la empatía mutua necesaria en estos casos. La vida con esclerosis múltiple necesita ser vivida y con la mayor intensidad posible. Tener con quien contar es importantísimo para eso”.

¿Creés que una mayor concientización sobre los síntomas iniciales de la esclerosis múltiple podría generar un impacto positivo en la detección temprana en Argentina?