«El Eternauta»: un grito de resistencia en la Argentina convulsionada de 1957
La emblemática historieta de Oesterheld y Solano López nació en un contexto de inestabilidad política y se convirtió en un símbolo de denuncia contra el autoritarismo.

La icónica historieta argentina «El Eternauta», fruto de la pluma del guionista Héctor Germán Oesterheld y el trazo de Francisco Solano López, vio la luz en 1957, comenzando su publicación en la revista Hora Cero Semanal. A través de su narrativa de ciencia ficción, la obra trascendió las fronteras del género para erigirse como un potente vehículo de denuncia, resistencia y profunda reflexión sobre el contexto sociopolítico que atravesaba Argentina en aquel entonces.
La génesis de «El Eternauta» se sitúa en un período de marcada inestabilidad política en el país, poco después del derrocamiento de Juan Domingo Perón y en los albores de una sucesión de gobiernos militares. En este escenario turbulento, Oesterheld urdió una trama que, bajo la apariencia de una invasión extraterrestre, desplegaba una crítica mordaz al autoritarismo imperante, la creciente pérdida de libertades individuales y la crucial importancia de la organización colectiva como forma de resistencia.
La historia sigue los pasos de Juan Salvo, un hombre común que, junto a su familia y sus vecinos, se enfrenta a una repentina y mortal nevada que azota la ciudad de Buenos Aires. A medida que la narración se desarrolla, los personajes descubren que esta amenaza no es un fenómeno natural aislado, sino el preludio de una invasión a escala mundial. Lejos de centrarse en la figura de un héroe individual, «El Eternauta» pone el foco en la lucha conjunta y la capacidad de resistencia de los ciudadanos frente a la adversidad.
Publicada por entregas entre 1957 y 1959, la historieta se consolidó con el paso de los años como una pieza fundamental del Noveno Arte argentino. Su relevancia se acrecentó trágicamente tras la desaparición de su creador, Héctor Germán Oesterheld, durante la dictadura militar de 1976. En este oscuro período, «El Eternauta» trascendió su condición de obra de ficción para convertirse en un poderoso símbolo de la lucha contra la represión y el poder opresivo, resonando con fuerza en la memoria colectiva de un país que buscaba justicia y libertad.