Endeudarse para comer: Casi la mitad de las compras en supermercados se pagan con crédito
El dato del INDEC revela cómo la caída del poder adquisitivo y el encarecimiento de la canasta básica empujan a los argentinos a depender del financiamiento para cubrir necesidades básicas, mientras millones de hogares recurren a gastos de ahorros o ventas de bienes para subsistir.

Casi la mitad de las compras que los argentinos realizan en supermercados se financian a través de tarjetas de crédito, una cifra que ha escalado cerca de diez puntos porcentuales desde diciembre pasado. Este incremento récord, confirmado por datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), evidencia la profunda crisis económica que atraviesa el país, con salarios deprimidos y una canasta básica incesantemente cara, obligando a las familias a recurrir al endeudamiento para adquirir alimentos y productos esenciales.
Según las estadísticas oficiales del INDEC, que diferencian las ventas en supermercados según el medio de pago, las operaciones abonadas con tarjeta de crédito representaron en febrero de 2024 el 44,4% del total. Esta proporción marca un salto significativo respecto al promedio del 37% registrado durante todo el año 2023. La comparación directa entre ambos periodos subraya el drástico cambio en los hábitos de consumo de los argentinos en los últimos meses, coincidiendo con el recrudecimiento de la situación económica y la pérdida de poder adquisitivo.
El fenómeno del creciente uso de la tarjeta de crédito no solo se limita a un aumento en la proporción de pago, sino que también se inserta en un contexto donde las emisoras suelen ampliar los márgenes de financiamiento, superando en muchos casos el ingreso mensual del usuario. Esto, paradójicamente, permite paliar la falta de efectivo inmediato pero genera una bola de nieve de endeudamiento que, al momento del resumen, muchas familias no pueden afrontar en su totalidad, incrementando el peso de la deuda en el largo plazo.
Este patrón de endeudamiento forzado para el consumo básico es solo una faceta de las múltiples estrategias que los hogares argentinos están desplegando para intentar llegar a fin de mes. Un informe elaborado por el Instituto Argentina Grande (IAG), basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, detalla las diversas tácticas a las que recurren las familias ante ingresos laborales cercanos a «pisos históricos».
Entre estas estrategias se incluyen gastar ahorros acumulados, vender pertenencias de valor, pedir dinero prestado a amigos o familiares, o endeudarse formalmente con entidades financieras. La prevalencia de estas prácticas es alarmante: en el tercer trimestre de 2024, el 49,2% de los hogares argentinos, es decir, casi cinco de cada diez, tuvo que recurrir a alguna de estas opciones para complementar sus ingresos y cubrir gastos esenciales. La cifra representa un aumento notable respecto al 44,6% que se encontraba en esta situación un año antes, en el tercer trimestre de 2023.
El informe del IAG cuantifica el impacto: 537.290 hogares adicionales se sumaron a la necesidad de implementar estas estrategias en comparación con el año anterior, elevando el total a 5.017.497 hogares afectados. Dentro de este grupo, la distribución de las tácticas más utilizadas en el tercer trimestre de 2024 muestra que el 38% optó por gastar ahorros, el 15,3% pidió prestado a conocidos, el 11,6% se endeudó con entidades financieras y un 9,8% vendió alguna pertenencia.
El análisis demográfico revela que los hogares con jefes o jefas mayores de 50 años son los que más drásticamente han visto aumentar la necesidad de recurrir a estas estrategias, con un crecimiento del 19,2% respecto al mismo período de 2023. Este dato se vincula directamente con el ajuste del gasto público, donde el recorte en las jubilaciones aplicado a principios de año explica una parte significativa de la reducción. Si bien en los hogares con jefes más jóvenes (menos de 30 años, crecimiento del 7,1%) y de edad intermedia (entre 30 y 50 años, crecimiento del 3,9%) el aumento fue menor, este último grupo es el que históricamente presenta la peor situación, con el 53,3% de ellos ya dependiendo de estas estrategias para subsistir.
En suma, los datos del INDEC y del IAG dibujan un panorama de creciente fragilidad económica para las familias argentinas, donde el acceso a bienes básicos como los alimentos depende cada vez más del crédito y donde las estrategias de supervivencia que implican agotar ahorros, vender activos o endeudarse se han vuelto una realidad cotidiana para millones de hogares.