Dos meses sin Lian y un ruego en medio de la incertidumbre
A 60 días de la desaparición de Lian Gael Flores Soraide en Ballesteros del Sud, sus padres claman por respuestas. La investigación se debate entre múltiples hipótesis, con la aparición de un auto sospechoso como uno de los pocos elementos tangibles en un caso marcado por la ausencia de pistas concretas.

La angustia se ha instalado en Ballesteros del Sud, al sur de la provincia de Córdoba. Han transcurrido dos meses desde aquel fatídico 22 de febrero en que Lian Gael Flores Soraide, de apenas tres años, fue visto por última vez mientras jugaba en el patio de su casa. Sesenta días sin noticias, sin rastros, sumen a sus padres, Elías Flores y Plácida Soraide, en una desesperación que no cede ante el paso del tiempo. El caso del niño desaparecido se ha convertido en un enigma doloroso, con múltiples líneas de investigación abiertas, pero ninguna evidencia contundente que permita vislumbrar su paradero.
La esperanza de encontrar una punta del ovillo se reavivó parcialmente esta semana, cuando Elías y Plácida declararon durante más de tres horas ante la Fiscalía General provincial. En su testimonio, brindaron un dato que los investigadores consideran de relevancia: la observación de un vehículo inusual en las inmediaciones de su hogar días antes de la desaparición. Se trata de una Volkswagen Suran de color gris, con vidrios polarizados, que circuló en varias ocasiones a baja velocidad por la zona rural donde reside la familia.
Según relató a Noticias Argentinas el abogado de la familia, Darío Baggini, los padres manifestaron haber visto este auto de manera recurrente, especialmente el jueves previo a la desaparición de Lian. «El auto pasó más de una vez por la zona. Lo hacía lentamente y con las ventanillas oscuras. Era evidente que no era parte del tránsito habitual del lugar», explicó Baggini, subrayando la actitud sospechosa que les generó la presencia del vehículo. La descripción de esta Suran gris se erige así como uno de los pocos elementos físicos concretos que podrían llegar a orientar la investigación.
Actualmente, el caso se investiga desde dos frentes judiciales. Por un lado, la Fiscalía Federal maneja la hipótesis de un posible caso de trata de personas, una línea que se abrió a raíz de un reporte de Missing Children. Sin embargo, con el correr de las semanas, esta posibilidad ha perdido fuerza, principalmente porque en este tipo de casos suelen presentarse pedidos de rescate o alguna prueba de vida, elementos que no han aparecido en absoluto desde la desaparición de Lian.
Por otro lado, la Fiscalía Provincial explora la posibilidad de que el niño haya sido víctima de delitos comunes, incluyendo homicidio, un accidente (como ser atropellado) o incluso un abuso seguido de muerte. No obstante, la investigación provincial se enfrenta a una dificultad mayúscula: la ausencia total de rastros físicos del menor que puedan sustentar cualquiera de estas teorías. «Incluso se evalúa que pudo haber sido atropellado», indicó Baggini, quien inmediatamente aclaró que «no se encontraron rastros físicos del menor que puedan sostener esa teoría».
Otra línea de investigación que surgió en su momento, vinculada a la supuesta aparición de una camioneta en la zona cercana al momento de la desaparición de Lian, ha sido descartada. El abogado de la familia confirmó que las pericias determinaron que dicho vehículo ingresó al área «mucho antes del hecho», desvinculándolo así de una posible relación directa con la desaparición del niño.
La complejidad del caso reside precisamente en esa «ausencia total de pruebas contundentes». No hay cámaras de seguridad en la zona que hayan captado movimientos clave, no han surgido testigos presenciales de relevancia, y lo más desconcertante, no se han hallado rastros materiales: ni una prenda de vestir de Lian, ni huellas, ni rastro biológico alguno en los extensos rastrillajes y relevamientos realizados en los campos cercanos. Como describe el propio texto, «el niño parece haberse desvanecido sin dejar señales».
En medio de esta nebulosa, la referencia a la Suran gris mantiene su importancia como uno de los pocos puntos de partida tangibles. Su presencia inusual y repetida antes del hecho podría ser crucial si se logra identificar a quién pertenece o si aparecen nuevos testigos que también la hayan visto y puedan aportar datos. En ese sentido, la familia Flores Soraide mantiene la esperanza de que alguien que tenga información, por mínima que parezca, se anime a hablar. «No perdemos la esperanza. Hay alguien que sabe algo. Alguien que tal vez no se dio cuenta en su momento de lo importante que puede ser su testimonio», expresó un allegado a la familia.
Ballesteros del Sud es una comunidad pequeña, donde la mayoría de sus habitantes se conocen. Sin embargo, el silencio ha sido una constante en esta investigación. Nadie ha reportado movimientos extraños adicionales a la presencia del vehículo mencionado. Tampoco hay indicios que sugieran que Lian, dada su corta edad, pudiera haberse alejado de su hogar por sus propios medios. «Es imposible que Lian se haya ido solo. Era pequeño, estaba en el patio, no tenía por qué alejarse», recalcan sus padres, descartando la hipótesis de un extravío accidental a larga distancia.